¿Qué esperar de la preocupación de Blinken sobre influencia rusa en Venezuela y Cuba?: VOA
La semana pasada, Antony Blinklen, secretario de Estado de EEUU, expresó su preocupación sobre el rol de Rusia en Cuba y Venezuela. Analistas dijeron a VOA que esto es la continuidad de la estrategia diplomática reciente y otros la interpretan como el resurgimiento de tensiones propias de la Guerra Fría.
Hugo Acha, analista de asuntos foráneos e investigador del Centro para una Sociedad Libre, expresó que esta declaración pudiera interpretarse como el primer paso del reflotamiento de doctrinas propias de décadas atrás con respecto a Rusia. “Sería realmente muy positivo si el secretario de Estado empieza a mudar una percepción que parece haber sido una constante dentro de la doctrina de la diplomacia norteamericana, de que el proceso de la Guerra Fría está soterrado en los libros de la historia”.
Al tiempo que advirtió que la creencia del mundo académico estadounidense de que la Guerra Fría era ya un capítulo cerrado en los anales de la historia se convirtió en una “especie de dogma” fallido, errado. “Desafortunadamente, los adversarios de Estados Unidos, como China, Rusia e Irán, nunca han pensado así”. Para Acha, países de corte autoritario como Rusia nunca abandonaron sus modelos operativos, sus prioridades geopolíticas ni sus intereses estratégicos, por lo que valora «positivamente» la opinión de Blinken.
“Sería muy saludable que Blinken reoriente esta situación reconociendo que estos actores siguen teniendo los mismos intereses a nivel estratégicos que tenían durante la Guerra Fría”, ahora con Venezuela entre ellos.
Por su parte, Geoff Ramsey, director de la Oficina de Washington sobre América Latina, destacó que la respuesta de Blinken es un “reconocimiento implícito” de que la estrategia del expresidente Donald Trump, «no acertó al avanzar en los intereses de EEUU en Venezuela».
Para Ramsey, la mención de Rusia y Cuba por parte de Blinken ante congresistas estadounidenses deja la puerta abierta a la inclusión de ambos países en un proceso de negociación sobre la crisis venezolana, dadas las cercanías de sus gobiernos con Nicolás Maduro.
A su entender, es un secreto a voces que los rusos mantienen una presencia económica y que existe “cierta evidencia” de su apoyo militar en Venezuela. “Hasta ahora, los rusos no han demostrado interés en arriesgarse con más inversiones en Venezuela, pero es claro que ellos perciben que tienen intereses en Venezuela y tienen que defenderlos”, consideró.
Sobre el mismo tema, VOA también consultó a Joseph Humire, director del Centro para una Sociedad Segura y Libre, analista de amenazas transregionales en América Latina y el Medio Oriente. Humire dista de la opinión de que Biden pretende alejarse de la postura de Donald Trump.
“La administración de Trump fue muy agresiva y dura contra Rusia. Aplicó muchas sanciones, hubo presión diplomática no solo en Venezuela, sino en Ucrania, Siria. Esa preocupación es una continuación de la administración pasada. Es la política de Estado». Recordó que la estrategia de seguridad nacional privilegió la lucha contra las grandes potencias, como China y Rusia, a partir de 2018. “Cada administración ha querido llevarse bien con Rusia, pero no se puede. Putin es muy agresivo contra Estados Unidos”, fustigó.
Asimismo, sostuvo que la posición de Blinken sobre el rol ruso en Venezuela “está bien”, pero debe amplificarse a otros actores con niveles visibles de influencia, como Irán o China. “No es el único actor en la mesa. Parte de la complejidad de Venezuela, es que tienes que sentarte con muchas potencias”.
Y refirió a los vuelos conjuntos sobre Corea del Sur y los ejercicios navales en el mar de India, hace semanas, para argumentar la “alineación” de Rusia, Irán y China en materias de seguridad, inteligencia y defensa, “más allá de lo económico”.
A su juicio, Rusia y EEUU mantienen algún nivel de colaboración en temas como el contraterrorismo, la inteligencia y la seguridad. “No es que hay cero cooperación. En temas geopolíticos, los intereses de Rusia en Venezuela son muy distintos a los de Estados Unidos”.
Estados Unidos debe entender que Rusia “trabaja bajo alianzas” en Venezuela y que esas colaboraciones entre actores externos forman parte de la “complejidad” de una solución a la crisis integral que experimenta el país suramericano, dice.