Protestas en Paraguay no paran: exigen renuncia de Abdo Benítez por «mal manejo» de la pandemia
Este lunes, los paraguayos salieron a las calles por tercer día consecutivo para exigir la renuncia del presidente Mario Abdo, ya que lo acusan de mal desempeño en la crisis sanitaria por la pandemia.
Aunque el mandatario trata de aplacar las protestas con el nombramiento de nuevos ministros y la promesa de «corregir» sus errores, los manifestantes permanecen en las calles en coincidencia con la tradicional marcha por el Día de la Mujer, reseñó AFP.
La noche del domingo, varios centenares de personas intentaron llegar hasta la casa del presidente en demanda de su renuncia, pero la marcha fue bloqueada por la policía. Horas después, durante la madrugada del lunes, un grupo de manifestantes se trasladó hasta las inmediaciones de la residencia del expresidente Horacio Cartes (2013-2018) donde fueron dispersados por fuerzas antimotines.
Hasta el momento en Paraguay hay más de 168.000 casos de coronavirus y 3.318 muertos, por lo que la llegada de apenas 4.000 dosis de vacunas Sputnik V destinadas al personal de terapia intensiva de los hospitales hizo estallar el descontento que apuntó a la gestión oficial.
Este lunes, el presidente del Senado paraguayo, Oscar Salomón dijo que en pocos días más llegarán otras 36.000 dosis de vacunas. Entre tanto, Paraguay, con poco más de 7 millones de habitantes, espera, sin precisión de fechas, la importación de 4 millones de vacunas bajo el sistema Covax establecido por la OMS, además de un millón de dosis de Sputnik V.
«Estamos buscando conseguir la mayor cantidad de vacunas en el menor tiempo posible», dijo este lunes en conferencia de prensa el nuevo ministro de Salud, Julio Borba.
El funcionario reemplazó a Julio Mazzoleni, cuya renuncia fue exigida por la oposición el pasado jueves. Sin embargo, eso no será posible sin el apoyo de los seguidores del exmandatario Cartes, disidente de Abdo en el partido Colorado oficialista.
El descontento popular se generó hace 10 días, con protestas frente a los hospitales de familiares de enfermos por covid-19 a los que se unieron médicos y enfermeros, debido a la escasez de medicamentos en el sector público y los excesivos precios en el sector privado.