Cazarrecompensas en Caracas y en El Furrial
Reporta, desde España, el diario “ABC” la omnipresencia -cual espíritus burlones- de batallones y batallones de cazarrecompensas internacionales, en Caracas y el interior del país.
– ¿90 “melones” de billetes verdes? ¿Tan poquito? ¡90 millones me los raspo, yo, en una sola sentada -se le escuchó, despectivo, guapo y apoyao, a uno de los “recompensables”, cuando fue informado que el total ofrecido por el gobierno de EEUU, por las capturas, suya, y de sus compinches alcanza la mencionada cantidad.
Ya vemos que, lo que para ciertos, narcorrobolucionarios, es una bagatela, para los demás mortales constituye una fortuna, incluidos los mercenarios más duros del Planeta. Me refiero a los dos inocentes, parroquianos de El Furrial, estado Monagas, actualmente ¡presos carrizo! por tener malos pensamientos. Me parece, verlo y oírlo todo:
– ¿Se dio cuenta, mi compai? El hombresito regresó a El Furrial, otra vez, a restregarnos por nuestros rostros la inmensa fortuna que ha amasado en estos últimos años.
– Sí, mi compaí, ya me di cuenta lo buchón que anda por ahí…
– ¿Se dio, cuenta, mi compai? Que el hombrecito es como aquel Juan José de la canción, que interpretaba, Sadel, que vino de la gran capital “más vitoqueao que un pavo real y echándoselas de gran señor” …”con sortija de mucho de brillo y con bastón de puño de oro”… a “casar” apuestas de millones en las galleras de El Furrial y que por mucho que se pretenda gallo pinto, zambo o marañón, a los furrialeros, nos consta que desde niñito, tiene ganada fama de pataruco….
El que encendió las alarmas de la verdadera madre de la presencia de los supuestos enjambres de cazarrecompensas, a escala nacional, fue el abogado Alejandro Rebolledo. Reputado criminólogo, Rebolledo le confió a los reporteros de “ABC” que en cualquier momento ¡zas! capturan, en Miraflores o en pleno Fuerte Tiuna, a uno, a varios o a todos los 12 jerarcas chavistas solicitados por Interpol y de ahí, directo los captores a pasar por caja, en “Guasintón”, después de entregarlos en Florence, Colorado, EEUU, en la llamada “Alcatraz” de las montañas rocallosas, a compartir penitenciaria con los criminales más sanguinarios.
El cronista se confiesa un diletante en asuntos de policía y seguridad. No obstante, reivindica haber sido el único que develó, por pura deducción, que el mismísimo, “Chapo” Guzmán, después de una de sus espectaculares fugas vino a guarecerse en nuestra isla de Margarita. No se requería demasiada intuición para ello, dicho sea de paso ¿Qué mejor lugar para que un narcodelincuente se sienta en familia que un país desgobernado por sus pares?
Hoy, con la auctoritas que me otorga el acierto en el caso Guzmán, me atrevo, otra vez por pura intuición, a polemizar alrededor de la supuesta presencia, tumultuaria, en Venezuela de enjambres de mercenarios oriundos de todas partes.
¿Creen ustedes que, de ser cierta la fulana invasión, un especialista como Rebolledo iba a poner en guardia a sus adversarios irreconciliables? Quizás, en este caso, empleó la “Estrategia de la Aproximación Indirecta”, de Lidell Hart: Derrotar al enemigo sin necesidad de ir el campo de batalla.
Quiere decir que, haciéndoles creer en la inminencia de una captura en caliente, los potenciales capturados huyan como lo que son: criaturillas del Señor que a la más mínima señal de alarma se refugian en el sumidero más cercano.
Así que caballeros “recompensables” no le crean a Rebolledo. Créanle a este servidor. Pueden salir libremente por ahí, a sacar al perrito a hacer pis en el poste más cercano o a visitar los vecinos, que ningún mercenario extranjero les pondrá el guante. Se los garantiza quien los quiere de veras.
@omarestacio