Washington Post: Maduro pregona «gotas milagrosas» porque Venezuela no puede (o no quiere) vacunarse
Nicolás Maduro anunció hace dos semanas un «avance médico» con el lanzamiento del Carvativir o «gotas milagrosas» para neutralizar el coronavirus. «De Venezuela para el mundo», dijo Maduro en TV al mostrar los frascos del remedio.
Los profesionales médicos venezolanos dicen ahora que las “gotas milagrosas” de Maduro -que prometió que se producirían rápidamente en masa- son en realidad un extracto de la hierba de tomillo, utilizada en terapias homeopáticas y en la cocina ordinaria.
Sin embargo, hay un aspecto de la campaña de marketing que sí es cierto. Más que cualquier otra nación del hemisferio occidental, este Estado socialista roto podría necesitar un milagro para derrotar al nuevo coronavirus, reseña este martes The Washington Post.
Venezuela está tan atrasada en el abastecimiento de vacunas que los analistas dicen que podría pasar hasta 2023 o más tarde antes de que adquiera las suficientes para lograr la inmunidad de grupo. Esto la sitúa en el último peldaño de las naciones -junto a sus pares autoritarios Corea del Norte, Siria y Myanmar- donde no se esperan campañas de vacunación generalizadas hasta mucho después de que el resto del mundo haya recuperado una apariencia de vida normal.
Los críticos sostienen que el autocrático Maduro está retrasando a propósito la adquisición de vacunas, ya que pretende presentar a la nación como una víctima con la esperanza de obtener un alivio de las sanciones por parte de la nueva administración de Biden.
En una búsqueda de respuestas, el gobierno de Maduro se está aventurando en el realismo mágico, vendiendo remedios caseros que incluyen tés de hierbas y gotas milagrosas en un intento de calmar a una población largamente sufrida. Al presentar Carvativir a la nación la semana pasada, Maduro afirmó que no podía revelar la identidad del inventor del medicamento, incluso cuando blandía un libro que nombraba al científico en la televisión nacional.
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