Sentarnos con los culpables para negociar las elecciones libres
Los venezolanos, sus organizaciones e instituciones deben entender e inmiscuirse sobre la posibilidad de lograr algún tipo de cambio a partir de una negociación. No podemos verlo solo como titulares de periódicos, o como la opinión de algún personalidad del lado que sea. Decidir si se va a emprender algún tipo de negociación es un problema de todos. No basta como argumento esconderse detrás de la violación de derechos humanos o de que se trata solo de ganar tiempo para una de las partes. No es un tema que atañe solo a los expertos, en este tipo de eventos que la historia pone en primer plano, y nos mete de cabeza en ellos, no podemos solo ser espectadores, es imprescindible involucrarse.
Cuando EEUU y Vietnam se sientan a negociar en Paris detrás tenían más de 58.000 estadounidenses muertos y entre los vietnamitas 1.1 millón. En la mesa se enfrentaban dos hombres; Le Duc Tho contra Kissinger, ambos con todos los horrores de la guerra circundándolos, con el dolor de sus pueblos en sus argumentos de negociación.
Preguntémonos que pasó con la Paz de Esquipulas muy cerca de nosotros, en Centroamérica, llevada a cabo por el Grupo de Contadora. Animado por el Primer Ministro sueco Olof Palme, Gabriel García Márquez, Alfonso García Robles y Alva Myrdala, los presidentes de Colombia, México, Venezuela y Panamá, mediadores para establecer la paz. La guerra en Centroamérica solamente en Guatemala costó unas 200.000 personas y cerca de un millón fueron desplazados dentro y fuera del país.
No podemos refugiarnos en el hecho de no ser expertos. A todos nos interesa que va a decidirse en torno a negociar o no hacerlo. Como dice Alberto Barrera Tyzka: “Es tentador atornillarse en el purismo. Hay quienes, dentro de la oposición, creen que una negociación solo legitima y ayuda al régimen de Maduro. Estos sectores se han dedicado a boicotear cualquier esfuerzo en la dirección de un acuerdo. Es cierto que, anteriormente, en procesos similares, el gobierno solo ha usado el diálogo como excusa, como oportunidad para ganar tiempo. Pero también es cierto que nunca antes el oficialismo se había encontrado tan arrinconado internacionalmente”.
Otros dicen que no se puede negociar con violadores de derechos humanos: “Pónganse de acuerdo en la Comunidad Internacional: Primero califican y sancionan por narcotraficantes, corruptos y criminales de lesa humanidad a los personajes que mantienen secuestrada a Venezuela y luego nos piden a los venezolanos que negociemos con esos delincuentes. ¿En serio? A lo cual Colette Capriles, responde, simple y contundentemente. “Si las negociaciones fueran solo entre iguales no serían necesarias” A partir de ese principio nunca se habrían terminado guerras, ni resuelto grandes conflictos en el mundo.
¿Veamos ¿qué está en juego? Se va a negociar con un grupo que mantiene secuestrado un país contando con el apoyo de unas Fuerzas Armadas politizadas, que perdieron el carácter nacional y un grupo de cuerpos Faes, Dgcim, Sebín, Policía de la Guardia Nacional y pare de contar, más algunos colectivos para-militares armados. Según todas las encuestas y la verdad de los eventos electorales el régimen no cuenta más de un 15% de apoyo de la gente, ergo tiene el 85% en contra. jactándose con el apoyo armado y el respaldo de Irán y Cuba pretende permanecer en el poder para siempre. Esta claro, es con ellos que se va a negociar, pero nunca antes en tan malas condiciones suyas.
Ahora bien, cuál es la obra del régimen: Destruir la economía, no hay comida, gasolina, medicinas, protección de la vida, no se puede opinar. EL 80% de las industrias bajó la Santamaria. Pdvsa se acabó, aunque quedaron coleando multimillonarios como Rafael Ramírez, Álex Saab, Maduro, Cilia y Cabello.
El éxodo venezolano es superior al de Cuba. El 20% de la población huye buscando sobrevivir a destinos inciertos dónde enfrentan la xenofobia y caen muchas veces en mendicidad. Ahh!!! y los más importante, los niños venezolanos entre 0 y 6 años no pueden tomar leche porque no hay. Sus teteros son de agua de plátano cuando hay: oigan a Susana Raffalli.
Con los provocadores de estos incidentes tenemos que negociar para levantar la brutal dictadura que nos está aniquilando.
No soy experta en el tema, pero estoy firme en la idea que si contraponemos la suerte de una país al juicio moral sobre sus autores, no avanzaremos. Definitivamente tenemos que encontrar el camino y hasta ahora parece haber uno solo. La crítica sobre la banalidad y falta de experticia de mis argumentos no valen de nada frente a mi responsabilidad de ciudadana común.
Si se trata de negociar, ¿qué pedirían, haciendo un ejercicio de imaginación, los responsable de la tragedia? Probablemente pedirían que no les toquen sus fortunas, entre ellas los diez mil millones de euros que tienen en la banca suiza. No querrán juicios posteriores donde se les reclamen los asesinatos, la violación de derechos humanos y los episodios de corrupción comprobados. Desconozco si se atreverían a pedir seguir participando en la política. En Alemania el partido nazi volvió y sacó el 12% de los votos para sorpresa mundial.
Hay quizás otros caminos imaginarios, tales como: El pleno restablecimiento del orden constitucional: El rescate de la soberanía popular a través de elecciones libres y la reversión de la emergencia humanitaria compleja, rescatar el sistema de libertades, lograr garantías constitucionales y derechos humanos”. Yo también quisiera, pero ¿cómo lograrlo?
Negociar la realización de elecciones libres es nuestro camino, aunque nos duela el alma. Tenemos que sentarnos con los culpables. Empecemos con una batalla por el nuevo CNE, no dejemos que los nombren como les venga en gana, entre gallos y media noche, aunque sean ilegítimos los van a nombrar. Denunciemos las irregularidades y propongamos algo distinto.
No sé porque siempre que reflexiono sobre la posibilidad de negociar vienen a mi mente The Beatles “The long and winding road.” Los caminos de las negociaciones no son rectos, contemporáneos recuerden:
The wild and windy night
That the rain washed away
Has left a pool of tears
Crying for the day
Why leave me standing here?
Let me know the way
Many times, I’ve been alone
And many times I’ve cried
Anyway you’ve never known
The many ways I’ve tried
Nota: Sentaría en la mesa de negociación a Ana Rosario Contreras, Susana Raffalli y Colette Capriles, (por el lado femenino)