Maduro asesta un golpe a la estrategia de diálogo con dictaduras de Josep Borrell: ABC
La administración de Nicolás Maduro ha asestado un segundo desplante en menos de un mes a Josep Borrell, Alto Representante para la política exterior de la UE, tras la humillación a la que fue sometido por Rusia. En ambos países, los gobiernos declararon personas non gratas a embajadores del bloque europeo, donde Borrell intentó un apaciguamiento y diálogo tanto con el Gobierno de Maduro como con el de Putin.
La hostilidad de la dictadura venezolana hacia los europeos no se ha contentado con la expulsión de Brillhante de Caracas, sino que después del anuncio de esta medida, el ministro de Asuntos Exteriores Jorge Arreaza citó a los representantes de las misiones diplomáticas de España, Francia, Países Bajos y Alemania a una reunión para notificarles que no dudaría en expulsarlos también del país si reincidían en sus críticas al régimen de Nicolás Maduro.
Los convocados fueron el embajador de Francia, Romain Nadal, y de Alemania, Daniel Kriener, así como los encargados de Negocios de España, Juan Fernández Trigo, y el holandés Robert Schuddeboom. Cada diplomático recibió el documento de advertencia junto un ejemplar de la Constitución venezolana y la Carta de la Organización de las Naciones Unidas.
Después de esta actitud, Borrell no tuvo más remedio que responder con una medida de reciprocidad y propuso al Consejo Europeo que declarase ‘persona non grata’ a la embajadora venezolana ante la UE, Claudia Salerno, a la que Borrell ya llamó a capítulo en junio del año pasado cuando el régimen de Caracas anunció la expulsión de la presentante europea y luego la revocó. En este caso, la respuesta inicial del Alto Representante había sido un comunicado sin mayores aristas en el que «lamenta profundamente» la expulsión de Brillhante «que solo conducirá a un mayor aislamiento internacional de Venezuela» y aprovechaba para ofrecer diálogo con un régimen al que la ONU ha acusado de graves violaciones de los derechos humanos.
La declaración de «persona non grata» a Claudia Salerno no significa una expulsión del territorio europeo puesto que las credenciales diplomáticas se las otorga el Reino de Bélgica por estar en este país la sede de las instituciones comunitarias, pero sí se le despoja de la condición de representante ante la Unión Europea.