Jóvenes políticos nicaragüenses apuestan a la estrategia electoral y la unidad nacional para salir de Daniel Ortega
Este viernes, la dirigente política Mercedes Malavé conversó con dos jóvenes nicaragüenses durante el encuentro: Nicaragua Presente y Futuro. Dolly Mora, activista política de AUN y Max Jerez, coordinador político de AUN contaron la realidad que padece la juventud nicaragüense bajo el régimen dictatorial de Daniel Ortega y aseguraron que solo a través de la unidad nacional y participando en las elecciones del 7 de noviembre, será posible el cambio político.
Dolly Mora contó a Malavé la historia de Alianza Universitaria Nicaraguense y precisó que todo se remonta a las protestas estudiantiles en contra de Ortega que se proyectaron en todo el país en 2018. En ese entonces, aseguró que no conocía a Max Jerez ni a los demás integrantes de la alianza, pero que poco a poco se fueron juntando en su afán de lograr la libertad de Nicaragua.
En medio de las protestas y asesinatos de estudiantes, Ortega convocó al diálogo nacional con diferentes sectores y este fue apoyado por la iglesia. «Nosotros (AUN) fuimos parte de ese primer diálogo nacional y estuvo Lester Alemán quien increpó de manera directa a Ortega. Esto hizo que todos lo conocieran porque habían pasado 12 años de que el dictador no daba la cara de manera pública».
Actualmente, AUN se ha convertido en un movimiento político muy importante en Nicaragua, y han asumido «hacerle oposición y contraparte a Ortega y en este año electoral, hemos decidido decir que vamos a derrotar la dictadura y que nos vamos a preparar para el proceso electoral del próximo 7 de noviembre».
¿Por qué ir a elecciones en medio de una dictadura?
Malavé preguntó a Max Jerez porque los jóvenes apostarían a ir a elecciones en medio de una dictadura como la de Ortega. A juicio del estudiante de ciencias políticas, Jerez respondió que siempre han apostado a la lucha cívica, pacífica y democrática y que la protesta tenga como fin una salida electoral a la grave crisis.
«Defendemos la lucha a través de elecciones libres y competitivas. Creemos que toda la oposición debe coincidir en esta estrategia y entre todos debemos aprovechar la ventana de oportunidades que abre el proceso electoral como una nueva oportunidad para demostrar la fuerza opositora», resaltó.
Pese a que reconoce que no es nada fácil y que Ortega no dará todas las condiciones ideales para el proceso electoral, Jerez sostuvo que pese a las restricciones de reunión política vigentes en su país y a que el gobierno hará todo lo posible por desarticular a la oposición, AUN ha apostado por seguir luchando por condiciones favorables porque saben que este año electoral es clave.
«Debemos movilizarnos, debemos construir una estrategia, una propuesta que conecte la realidad de la ciudadanía con los liderazgos. Debemos movilizar a la gente a través del voto», expresó. Al tiempo que remarcó que la abstención no es una opción. «Los nicaragüenses tenemos una historia reciente de 2017, cuando la oposición llamó a no participar y los resultados no fueron los esperados porque Ortega siguió en el poder y peor aún, con más poder que antes», reprochó.
Sobre este punto, Dolly Mora, recordó que en abril de 2018, cuando se desató la protesta nacional, los nicaragüenses exigían adelantar elecciones y adoptaron la consigna «Ortega vete ya». «Decíamos que tenía que irse pero no logramos el objetivo, tras estos hechos, se instalaron 3 grandes estandartes: 1. libertad: acabar con la censura, los presos políticos, la persecución; 2. justicia: terminar con la represión y los asesinatos; y 3. democracia: de cara a la realidad política y a las elecciones nacionales del 7 de noviembre.
En este orden de ideas, se dirigió a Ortega y exclamó: «si tiene intención de hacer un fraude no se la vamos a dejar tan fácil. Él sabe que no nos estamos dejando y nuestro mensaje es esperanzador, es de ganar las elecciones porque por mucho tiempo se instaló un discurso de derrota y eso no puede ser».
Sobre la unidad, condenó que muchos la usen como parte de un discurso populista. «Hemos visto como la han vuelto más un discurso que una estrategia real. Cuestionamos el discurso populista de algunos sectores de la oposición y lo hemos dicho y lo sostenemos porque la unidad es fundamental, pero, ¿quiénes deberíamos unirnos? los que decimos sí al proceso electoral».
«Estamos promoviendo una alianza ciudadana porque creemos que es lo que puede vencer a la dictadura: la unión de sectores, organizaciones que dicen sí a la liberación de presos políticos, en una unidad tangible y con propósito. No es solo la unidad de una foto ni un discurso, porque eso ya ha ocurrido y terminan desintegrándose», fustigó.
Para Dolly el 7 de noviembre significa «vida o muerte, continuar en este país o tener que irnos porque no hay condiciones para los jóvenes que están en primera línea frente a la dictadura. No nos vemos siendo parte de un fracaso más», alegó.
¿Qué tan real es lograr condiciones para ir a elecciones libres en Nicaragua?
Ambos coinciden en que para llegar a un proceso de elecciones que sea auditable, deben existir ciertas condiciones muy parecidas a las de Venezuela. En Nicaragua, los ciudadanos no confían en el Consejo Supremo Electoral, por lo que apuestan a que sus magistrados deben ser cambiados porque están totalmente parcializados con Ortega.
Deben vencer el abstencionismo y hacer ver al pueblo que no participar no es una opción. También, estiman que es necesario tener buenos fiscales (testigos de mesa) para evitar que «la dictadura cambie los resultados». A juicio de Max, este es un punto fundamental para evitar el fraude.
Además, estiman que es fundamental el apoyo y el acompañamiento de la comunidad internacional. Dolly recordó que las sanciones han ayudado a que la gente entienda que Ortega y sus seguidores si pueden tener castigo. Sin embargo, subrayó que lo más importante es reconocer que el mayor peso lo tienen los nicaragüenses.
«Al final, la última palabra es de los nicaragüenses y está en nuestras manos el cambio absoluto», dijo Dolly.
Sobre este punto, Max recordó que el apoyo internacional no significa que van a ganar la batalla y calificó de «sobre expectativa» el hecho de que los ciudadanos esperan que hagan los demás países.
«Se cree que el tema de las sanciones, resoluciones, mecanismos diplomáticos internacionales que existen y que promueven gran expectativa lograrán el cambio, pero terminan siendo menos de lo que se esperaba y desencantan a la gente. Estas acciones son complementarias, pero sin un respaldo como el de los nicaragüenses no sirven de mucho».
Para concluir, ambos hicieron un llamado al sector empresarial para que «pongan de su parte» y apoyen monetariamente la causa de la oposición. «En Nicaragua el financiamiento se sataniza, pero para comprar una gorra para hacer campaña necesitamos dinero y debería existir ese apoyo. AUN es una organización más orgánica, tratamos con una red de pequeños y medianos productores y por eso dicen que somos financiados por el gran capital pero eso no es cierto. Al contrario, deberían poner más para apoyar a los candidatos», dijo entre risas Max.
Desde abril de 2018, Nicaragua vive una crisis sociopolítica que ha dejado al menos 328 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque organismos locales elevan la cifra a 684 y el Gobierno reconoce 200.