Familias viven en la indigencia y pasan hasta 2 días sin comer en barrios de Lara: LPL
Una mujer de 37 años vive con sus 2 hijas, su nieto de 1 año y su yerno. Todos sobreviven de lo que gana la mujer limpiando casas y aseguran que han pasado hasta 2 días sin comer, reseñó La Prensa Lara.
Según el Reporte Mundial de Crisis Alimentaria 2020 de la ONU, Venezuela es el cuarto país con la peor crisis alimentaria. Nuestro país supera los parámetros de pobreza mundial porque jubilados, pensionados y trabajadores del sector público ganan 1.200.000 bolívares: 67 centavos de dólares al mes.
Yulimar García tiene 37 años y sabe muy bien lo que representa pasar hasta 2 días seguidos sin probar bocado. Vive en el sector 7 de Julio, en un pequeño rancho, ubicado en una de las tres invasiones de la avenida Ribereña del municipio Palavecino, en medio de 2 urbanizaciones de clase media alta, Tarabana Plaza y Divina Pastora.
Debe encargarse de un nieto de 1 año y 8 meses, quien está desnutrido a causa de la deficiencia severa de proteínas y nutrientes. Su madre tiene 16 años y abandonó el liceo. Yulimar también tiene una hija de 11 años, y un yerno al que también mantiene de 17.
«Salimos todos los días a pedir comida o a limpiar casas o solares. Cuando me sale un trabajito lo que pido es que me paguen con productos: una harina, un arroz, pasta o granos».
Su casa tiene piso de tierra, 2 colchones en el suelo, un pozo séptico y un mesón donde cocina. En una cesta tiene varios pedacitos de yuca y zanahoria a punto de descomponerse. «Fue lo que nos dieron en una frutera que limpié ayer en Cabudare».
Desde hace 8 años, viven en la invasión, tienen electricidad, tomas clandestinas de una tubería principal de agua, pero deben lidiar con la falta de cloacas y asfaltado. «El gobierno nos prometió construirnos unas viviendas, pero se volvieron puro cuento a pesar que le hemos dado votos».
En situaciones similares vive Carmen Urriola de 30 años de edad. Dio a luz hace 20 días a su tercer hijo. Dijo a La Prensa Lara que sobrevive limpiando casas de familias, pero como está en reposo postparto no puede trabajar y tiene que «estirar» los productos que le trae la caja CLAP.
«Comemos con la harina, la pasta, el arroz y los fríjoles chinos que trae la caja. Cuando se nos acabe nos tocará salir a pedir plata por caridad de la gente».
Es madre soltera, y a su cargo tiene 2 niños más, una hembra de 3 años y un varón de 10, que no está estudiando, porque no cuenta con celular ni con computadora para cumplir con las tareas que mandan en su escuela como parte de la educación a distancia.