Anomia institucional
La anomia es una enfermedad del sentido común. Así lo enfocó María Sol Pérez Schael en un viejo ensayo de extraordinaria vigencia.
La manipulación y esterilidad de las instituciones es indispensable al llamado autoritarismo competitivo. Aunque éste tiene sus límites.
Hay instituciones francamente anómicas. Las que nos deben defender del hampa común sólo se dedican a la persecución política y así sucesivamente.
Sobran los ejemplos. Como el ministerio de Educación que se sólo se justifica como un monstrete burocrático.
Dicho autoritarismo ha distorsionado absolutamente todo. Y la moneda falsa no puede circular sin una mínima moneda verdadera.