Sidor produjo menos del 1% de su capacidad durante 2020: Correo del Caroní
Después de un 2019 de nula producción, el 2020 para Sidor fue otro año para el olvido, y es que al cierre de dicho año, la producción de la Siderúrgica del Orinoco Alfredo Maneiro fue menor a las 17 mil toneladas de acero líquido, lo que representa menos del 1% de la capacidad instalada de la estatal.
El decaimiento de la industria, la otrora siderúrgica más importante de América Latina y el Caribe, se puede traducir de otra forma: el acero que produjo en todo 2020 se lograba en un día y medio de 2007, cuando alcanzó la cúspide con un récord productivo en manos de la ítalo-argentina Techint. Después de ese año, el expresidente Hugo Chávez decidió en 2008 su reestatización y el retroceso fue indetenible.
Desde el portón 3 de la estatal, el antiguo espacio de discusión laboral, solían verse las chimeneas de las acerías u otras áreas operativas, una señal de actividad en la mini ciudad industrial. Al igual que en 2019, en 2020 y en el inicio de 2021, la debilitada siderúrgica solo muestra actividad en uno de sus procesos primarios: el de producción de pellas.
La industria es un esqueleto, coinciden trabajadores, en el que la presencia laboral se ha reducido a su mínima expresión, por la pandemia de la covid-19 y por la crisis de transporte. Este fin de semana, sin embargo, ha sido noticia por el despacho de seis cisternas con 136 mil litros de oxígeno que llegarán a Manaos, en el estado brasileño de Amazonas, para atender a pacientes con covid-19. “Estamos demostrando con esto que Sidor es más que acero”, dice un grupo de sidoristas en un video divulgado en redes sociales.
Puertas adentro, los trabajadores que van a la empresa asisten en su mayoría a labores de resguardo de equipos y áreas, tras desmantelamientos en todas las empresas básicas. En caso de asistir en masas, no contarían con equipos de protección para laborar. “Estamos trabajando mantenimientos a la rotura, prácticamente apagando fuegos, eso no permite hacer una buena programación de los trabajos o prevenir daños mayores”, dijo un trabajador a Correo del Caroní, y quien prefirió mantener su nombre en reserva por temor a represalias.
“Cuando entré a Sidor era un monstruo de empresa, era una de las empresas más importantes de América Latina y el Caribe. Actualmente es deprimente porque no se respeta la política de producción, calidad y seguridad laboral”, expresó otro técnico, que pidió mantener su nombre en reserva. El trabajador, con 15 años de antigüedad, prestó sus servicios durante seis meses de la pandemia a una empresa procesadora de oro en el sur de Bolívar. Fue la opción a la que recurrió, como decenas de empleados de las empresas básicas, en vista de la paralización de la acería y los ínfimos salarios, que no permiten cubrir la canasta básica.
“Quienes asisten lo hacen por necesidad, para recibir algún beneficio (…) A los trabajadores nos pusieron a pelear entre nosotros mismos y ahora nos sorprendemos del estado en que están las industrias. Lograron destruir a la empresa en la infraestructura y la moral de los trabajadores. El trabajador solo piensa ahora en cómo sobrevivir y son pocos los que piensan en cómo recuperar la industria”, manifestó.