Oligarca ruso dice ser dueño del palacio que Navalni asegura es de Putin
Moscú, 30 ene (EFE).- Arkadi Rotenberg, un empresario y oligarca ruso, además de amigo personal del presidente Vladímir Putin, aseguró hoy que le pertenece el palacio a orillas del mar Negro que el líder opositor Alexéi Navalni ha vinculado al líder de Rusia.
«Ahora ya no será un secreto. Soy el beneficiario. Hubo una estructura bastante compleja, había muchos acreedores. Conseguí convertirme en el beneficiario hace varios años», señaló en una entrevista publicada por el canal Mash en su cuenta de Telegram.
El pasado día 19, un día después de que Navalni fuera enviado a prisión preventiva tras regresar a Rusia, su equipo publicó una investigación sobre el «palacio más caro del mundo», ubicado en las afueras de Guelendzhik, entre la ciudad de Sochi y la península ucraniana de Crimea, anexionada por Rusia en 2014.
Navalni acusa a Putin de recibir de sus amigos ese palacio en el marco del «mayor soborno de la historia» que cifra en más de 100.000 millones de rublos (unos 1.400 millones de dólares).
El palacio, con una superficie de 17.692 metros cuadrados ocuparía 68 hectáreas, a lo que hay que sumar más 7.000 hectáreas pertenecientes al Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB).
La enorme mansión cuenta, según la investigación, con una piscina interior, un gimnasio, un helipuerto, una pista de hielo subterránea, una iglesia, un invernadero, un teatro, un túnel hasta el mar y con inmensos viñedos.
El equipo de Navalni asegura en el vídeo de la investigación -que ha recibido ya más de 103 millones de visitas- que detrás de la propiedad hay testaferros.
El Kremlin ha negado que el palacio sea de Putin, al igual que el propio presidente ruso, y trata de ridiculizar la investigación.
El viernes periodistas del canal estatal Rossía 1 y del canal Mash mostraron el edificio desde fuera y dentro, con imágenes del lugar supuestamente en plenas obras y asegurando que en el lugar se construye un hotel.
Rotenberg, excompañero de judo de Putin y sancionado por EEUU y la Unión Europea (UE) por su papel en el conflicto ucraniano (es además uno de los constructores del puente de Crimea) siguió hoy la línea del argumentario oficial.
Señaló a Mash que se está construyendo «desde hace más de un año» un aparthotel en el lugar y que espera esté terminado en otros dos.
Mientras, aprovechando la indignación por la investigación y por el encarcelamiento de Navalni, el equipo del opositor ha convocado para mañana otra protesta masiva en toda Rusia.
Las autoridades han intentado descabezarla en los últimos días con registros y detenciones de los principales aliados del opositor, como su «número dos» Liubovo Sóbol y su médica o su hermano Oleg, que han sido condenados a dos meses de arresto domiciliario.
Este sábado las fuerzas de seguridad han detenido también al redactor jefe del medio opositor Mediazona, Serguéi Smirnov.
El Ministerio del Interior ya ha advertido de que no dudará en clasificar de «disturbios masivos» las protestas no autorizadas del domingo y han dejado claro que los que participen que pueden enfrentar penas de prisión de entre 3 y 8 años.
En Moscú la Alcaldía ha recomendado el cierre de tiendas y restaurantes en el centro, así como de siete estaciones de metro.
Mientras, la defensora para los derechos humanos de Rusia, Tatiana Moskalkova, ha instado a la policía y a la Guardia Rusa que no recurran a la violencia y equipamiento especial mañana.
La semana pasada, cuando más de 110.000 ciudadanos acudieron a las protestas en más de cien ciudades rusas, fueron detenidas casi 4.000 personas en todo el país, a menudo con el uso excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad. EFE