Los ricos de Venezuela y sus compras de lujo en medio de la crisis humanitaria: DW
Una de las frases más recordadas de Hugo Chávez es la de «ser rico es malo». No obstante, el modelo socioeconómico que implanta el chavismo está alejado de ciertos valores del «socialismo del siglo XXI» que el expresidente predicaba, algo evidenciado en las desigualdades que se han acrecentado en los últimos años, reseña hoy DW.
Según los datos más recientes de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI), que realizan las principales universidades y observatorios en Venezuela, el 96.3% de los hogares venezolanos son pobres, y casi el 80% de ellos se encuentra en pobreza extrema. Estas cifras reflejan lo grave y complejo de la crisis humanitaria. La evidencia está en la ayuda de alimentos y medicinas que recibe Venezuela de organismos internacionales, y en los millones de venezolanos que han emigrado del país.
Pero a pesar de la crisis y la pobreza, ha surgido una comercio paralelo de costosos productos de lujo que solo una minoría adinerada puede pagar.
Algunos empresarios y emprendedores venezolanos pudientes de larga tradición han sabido detectar y aprovechar oportunidades para sobrevivir, e incluso crecer en sus negocios, según explica a DW el economista Rudi Cressa.
Sin embargo, también «existen nuevos empresarios que se han visto favorecidos por sus nexos y relaciones con las cúpulas de poder, y han tenido acceso a contratos, concesiones y oportunidades de manera poco transparente o ética, y al margen de la legalidad» señala Cressa, que añade que estos nuevos empresarios «han visto crecer su riqueza de manera exponencial, demostrando apoyo de forma abierta al chavismo».
La clase pudiente en Venezuela no procura la austeridad, y más bien hacen gala visible de las riquezas, según cuenta a DW la socióloga y periodista Ángela Oraa. Entre los comercios de alta gama que han tenido más éxito en los últimos años, el de la gastronomía «está en plena alza» dice Oraa.
«Existe un rosario de restaurantes, cuyos estacionamientos parecen concesionarios de Beverly Hills, con aerodinámicos carros deportivos y camionetas de equipo completo, muchas blindadas y custodiadas por guardaespaldas, o motos con escoltas uniformados. Son símbolos visibles de riqueza y ostentación» agrega Oraa.