GameStop, Robinhood y Hedge Funds: El pequeño inversor le declara la guerra a un Wall Street muerto de miedo
Nueva York, 31 ene (EFE) / Jairo Mejía.- La democratización de las operaciones bursátiles por medio de aplicaciones y redes sociales provocó esta semana una guerra en Wall Street en la que por primera vez los grandes fondos fueron los derrotados, con 20.000 millones de dólares y mucho orgullo perdido en el campo de batalla, y tras la que se abre un dilema regulador y sobre un sistema que los grandes ‘brokers’ controlaban.
Después de un 2020 lleno de sobresaltos, no es una sorpresa que esta semana los gerentes de los grandes fondos de fondos de Manhattan estuvieran pendientes de cuál era el siguiente movimiento bursátil que iba a realizar «Deepfuckingvalue», uno de los lugartenientes de la revolución, del foro Wallstreetbets en Reddit.
«Deepfuckingvalue», cuyo nombre es Keith Gill, consiguió desde el sótano de su casa en Massachusetts ganarle la partida a fondos como Melvin Capital, que habían amasado un gran volumen de opciones en corto (shorting, o ganar dinero si el precio de la acción baja, casi siempre con acciones prestadas), de GameStop, una tienda minoristas de videojuegos en decadencia.
Gill no estaba sólo. Desde Discord, un conjunto de salas de chat convertidas en un parqué virtual, y Wallstreetbets, un subforo de Reddit con millones de miembros que invierten de media solo unos pocos de miles de dólares en bolsa, la mayoría a través de la aplicación sin comisiones Robinhood, se sumaron a una batalla épica.
Al compás del meme
Al grito de «aguanten! aguanten» y «hasta la luna», millones de pequeños inversores elevaron el precio de las acciones de GameStop, que hace menos de un año estaba a 4 dólares, a más de 400. Los cines AMC, Nokia y los auriculares Koss, fueron otros de sus objetivos que provocaron una sangría en los grandes fondos de inversión.
Para reducir las pérdidas, estos grandes operadores de Wall Street se vieron obligados a cubrir posiciones en corto con la compra de acciones en masa, algo que desencadena un aumento aun mayor del precio, lo que se conoce como «short squeeze», un fenómeno por el que grandes fondos de inversión podrían haber perdido 20.000 millones de dólares y que en el caso de Melvin Capital obligó a una inyección de 3.000 millones de emergencia.
«Muchos ven esto como una señal de que el implacable mercado alcista finalmente terminará entre sangre y lágrimas», indicó en un comentario Yves Bonzon, jefe de inversiones del banco suizo Julius Baer.
Por primera vez en la historia, los pequeños inversores, obligados a bailar al ritmo de los grandes de Wall Street durante décadas, tomaron el control, provocando varios «short squeeze» simultáneos y el mayor aumento de la volatilidad en dos años y un volumen de transacciones al nivel de los días de la crisis de 2008.
El fenómeno de GameStop lleva gestándose durante años y ya se puso a prueba con la impresionante subida de Tesla contra los análisis de muchas luminarias de Wall Street, al tiempo que ha sido animado por personalidades como Elon Musk, fundador de Tesla.
A Musk solo le hizo falta un tuit con la palabra «Gamestonk» (un guiño a un meme) el día 26 para lanzar por encima de los 300 dólares el precio de la acción de GameStop, mientras que «Deepfuckingvalue», que había comprado acciones de GameStop desde 2019, le procuró más de 25 millones de dólares en una inversión inicial de 50.000.
Robinghood, el amigo de Wall Street
Detrás de esta democratización bursátil está la aplicación Robinhood, que permite desde el móvil invertir con facilidad y sin comisiones y utilizar recursos como el apalancamiento o la compra de opciones e incluso optar a técnicas tan complejas como las «Iron Condor», una combinación de diferentes opciones.
Gracias a Robinhood, que nació con la promesa de «dejar el pueblo operar en bolsa», los millennials y ahora también la generación Z se han aficionado a la bolsa, entendiendo sus corrientes fundamentales y utilizándolas como en un juego.
La Comisión del Mercado de Valores (SEC) multó a Robinhood recientemente por no explicar que en realidad su manera de hacer dinero es aportando un gigantesco volumen de ordenes de compra-venta a grandes fondos como Citadel y obtiene un beneficio en las diferencias de precios generadas entre la orden y la ejecución.
Esa dicotomía se puso en evidencia esta semana cuando Robinhood limitó las operaciones en los valores más afectados por la especulación y los inversores se levantaron en armas contra la misma aplicación que les ha permitido operar en bolsa, hasta el punto de protestar en la calle.
La SEC, por ahora, se ha puesto del lado de los pequeños inversores y aseguró el viernes que investigará las limitaciones impuestas por Robinhood, aunque ha quedado en evidencia por su incapacidad de actuar ante estos movimientos especuladores.
Curiosamente muchos de los defensores del pequeño inversor son multimillonarios. «En el momento de la verdad, conocimos quién es el verdadero cliente que preocupa a Robinhood», explicaba este fin de semana Tyler Winklevoss, uno de los fundadores de Facebook y inversor en criptomonedas, quien no para de defender al «pueblo» frente a la dictadura de los fondos. EFE