El parapeto y los parapeteadores
Un parapeto es una pared o baranda para evitar caídas. Parapetear es un venezolanismo usado para indicar el arreglo de algo a medias, es decir poco profesional. Una piratería, como dicen los jóvenes. Los dirigentes del Totalitarismo del Siglo XXI se caracterizan por parapetear la infraestructura del país y los servicios públicos. Las refinerías de petróleo son parapeteadas y por eso son frecuentes los accidentes que obligan a importar gasolina, mientras que antes la exportábamos. Ante la crisis política que se desencadenó con el no reconocimiento de Maduro por parte de la Unión Europea, la OEA y Japón, el régimen montó el parapeto del 6 de diciembre.
Los rojos pensaron que el mundo democrático aceptaría la designación írrita de unos representantes del régimen como si fuesen diputados de una Asamblea Nacional. Perdieron el tiempo. Los principales países democráticos no se tragaron el cuento. Ese parapeto no aguantó ni una leve brisa.
Como figuras visibles de ese parapeto, Maduro designó a Jorge Rodríguez Gómez como presidente y a Iris Varela y a Didalco Bolívar como vicepresidentes. Ni siquiera disimularon un poco nombrando vicepresidente a un representante de la comparsa que participó en la patraña como “oposición”. Para mayor desprecio a sus “compañeros de ruta”, la primera vez que intentó hablar Luis Romero, del micropartido Avanzada Progresista, lo mandaron a callar.
Jorge Rodríguez es psiquiatra, fue presidente del Consejo Nacional Electoral que realizó los fraudes en varias elecciones, y durante un año fue vicepresidente de la república designado por Chávez. Es hijo de Jorge Rodríguez, activista en la época de la guerrilla castro comunista y supuestamente cómplice en el secuestro en 1976 del estadounidense Niehous, a quien tuvieron más de tres años en cautiverio. En un hecho repudiable, Rodríguez padre fue torturado para sacarle información y como consecuencia falleció. Esta acción bárbara marcó al hijo, quien no puede ocultar su resentimiento, que lo hace incondicional de Chávez -Maduro. Esa horrible experiencia lo debería convertir en defensor de los derechos humanos; sin embargo, avala las violaciones que a diario practica el régimen. Esa es la doble moral de la extrema izquierda.
Iris Varela es abogada. Chávez la llamaba la diputada fosforito. No solo es agresiva, sino grosera en sus intervenciones públicas. Fue designada ministra de Asuntos Penitenciarios destacándose por su relación amistosa con los pranes que mandan en las cárceles. No resolvió el hacinamiento, mala alimentación, ni los asesinatos que se cometen en las ergástulas. Descaradamente reconoce que ha adiestrado a los presos comunes para defender al régimen.
Ahora, como vicepresidenta del parapeto de Asamblea ha informado que hay que confiscar los bienes y revocar la nacionalidad de los venezolanos que están fuera del país y que los bienes incautados serán asignados a personas que deberán responder por su productividad. Cabe preguntarle si algún chavista-madurista ha respondido por la quiebra de las numerosas empresas incautadas, sin compensación, como Agro Isleña, las empresas de prestación de servicios a Pdvsa, las cementeras, Sidor, agroindustrias del café, caña de azúcar, aceiteras y otras ¿Acaso ahora funciona mejor la compañía de teléfonos y la de electricidad?
El segundo vicepresidente del parapeto es Didalco Bolívar, tránsfugo de los partidos MAS, Podemos y hoy en el Psuv, después de haber pedido asilo en Perú por supuesta persecución política de Chávez. Un caso con cierta similitud con el de Arias Cárdenas y de Lucas Rincón, quienes se le voltearon a Chávez, después le pidieron perdón y regresaron bajo su cobija.
Con este parapeto y con los parapeteadores reseñados el régimen intenta ganar credibilidad internacional.
Aunque ya es pasado, no podemos eludir referirnos al caso Trump, ya que el mismo lo asumieron algunos venezolanos con gran vehemencia. Trump montó un parapeto para intentar evitar su salida del poder. Menos mal que allá funciona la división de poderes, por lo que el sistema judicial y el Congreso rechazaron su parapeto. Las abundantes banderas de la Confederación, franelas antisemitas y de QAnon evidencian la mentalidad de muchos de los bárbaros que asaltaron el Capitolio, instigados por un ególatra que niega fue derrotado. Por otra parte, consideramos un abuso de Twiter y de Facebook silenciar al ya casi expresidente. La censura es inadmisible. Para cualquier delito existe la justicia en ese país.
Como (había) en botica: Rechazamos la incautación de equipos de VPI Tv y de Radio Fe y Alegría en Monagas. Otro atropello a la libertad de expresión. El Observatorio Venezolano de la Violencia denunció que en el 2020 hubo 11.891 muertes violentas, 45,9 por cada cien mil habitantes, de las cuales 4.231 fueron muertes por resistirse a la autoridad, es decir ajusticiamientos extrajudiciales. La semana pasada fueron abatidos 22 supuestos criminales en La Vega ¡ No más prisioneros políticos, ni exiliados!