Collage cuadragésimo octavo sobre Rómulo Betancourt
(Gobierno Constitucional -X-)
En el Collage Cuadragésimo Segundo se describió la situación económica del país que encontró el Gobierno Constitucional del Presidente Rómulo Betancourt al iniciar su gestión el 13 de febrero de 1959. Allí, se hace referencia a la baja de los precios del petróleo y a las restricciones que desde el 10 de marzo de 1959 comenzó a aplicar Estados Unidos a sus importaciones petroleras, lo que consecuencialmente implicó una disminución de los volúmenes exportados por Venezuela y, por tanto, un menor ingreso de divisas al país, con agravamiento de la recesión económica que venía sintiéndose desde el año 1958.
Por esa razón, el Ministro de Hacienda, José Antonio Mayobre, informó que, por Resolución conjunta con el Ministerio de Fomento, el 20 de noviembre de 1959 se había sometido provisionalmente a licencia previa la importación de un grupo numeroso de mercancías suntuarias o de lujo. Además, en abril de 1960 se inician pagos de deuda externa, y ya para el mes de junio el aumento de la venta de dólares del Banco Central indicaba que no se estaba en capacidad de soportar tal drenaje de divisas, que representaba riesgos para el financiamiento de las actividades económicas.
Ante esa situación de fuga de capitales, se planteó el dilema de adoptar una devaluación del bolívar o un control de cambio. Este tema era muy sensible, porque desde 1941, cuando el valor de nuestro signo monetario se fijó en 3,35 bolívares por dólar, ese valor de cambio gozaba de estabilidad. En un principio, se pensó en la devaluación, pero a ello se opusieron Copei y los sectores comerciales e industriales, por lo que se decidió el establecimiento del control de cambio, mediante Decreto del 8 de noviembre de 1960, aprobado en una reunión extraordinaria del Consejo de Ministros.
Héctor Hurtado, director general de Cordiplán, comenta: “Con la separación de URD de la coalición que estaba ocurriendo en esos momentos se hubiera agravado el problema político si a ella se sumaba también la eventual separación de Copei que planteó el problema en términos conflictivos. Todo ese proceso concluyó con la renuncia del Ministro de Hacienda, Dr. Mayobre, y la adopción del sistema de control de cambio”. (1). En marzo de 1961, se modificó este sistema con el establecimiento de dos mercados: el de tipo de cambio de 3,35 y el de un mercado libre para la importación de bienes y servicios no esenciales.
Después de la renuncia de Mayobre, el nuevo titular del Ministerio de Hacienda es Tomás Enrique Carrillo Batalla, quien presenta un plan de recuperación económica que contempla el fortalecimiento de la construcción pública y privada. La opinión de Luis José Silva Luongo sobre la labor cumplida por Carrillo Batalla, durante su breve paso al frente del Ministerio de Hacienda, es la siguiente: “Los esfuerzos encaminados a racionalizar y reducir el gasto público fueron bastante laudables; y los relativos al mejoramiento de los ingresos fueron muy rendidores.
La reforma de la Ley de Impuesto sobre la Renta de 1961, que estableció la retención en la fuente y el pago del gravamen para las rentas derivadas de sueldos y salarios, así como el pago del impuesto a medida que se causa (pay as you go) para las personas jurídicas con rentas superiores a Bs 200 mil en su último ejercicio fiscal, fue de vital importancia para el mejoramiento de los ingresos fiscales. La reforma de la Ley de Renta de Cigarrillos, y la Reforma de la Ley del Timbre Fiscal, conjuntamente con la Ley de Impuesto sobre la Renta, permitirían incrementar la recaudación de los ingresos fiscales en Bs 600 millones aproximadamente “ (2). El mismo Carrillo Batalla dice: “pero pasa el tiempo y los problemas de carácter fiscal y de recesión económica no parecen ceder, para angustia del presidente Betancourt” (3).
Esa “angustia” parece reflejarse en el Tercer Mensaje presentado al Poder Legislativo el 11 de marzo de 1961 por el Presidente Betancourt, cuando, al referirse a la situación económica, dice : “Esperaba para esta época poder presentar al país un cuadro distinto de una economía saneada y ya en franco proceso de recuperación”. Y más adelante expresa que ante el dilema arriba señalado –devaluación o control de cambio-, se “pensó” en la devaluación, manteniendo la libre convertibilidad del bolívar, para evitar los problemas que conlleva el control de cambio, y confiesa que “fue un error, sin embargo, el haber tratado de evitarlo cuando en definitiva fuimos llevados a instaurarlo”, ante la persistencia de la fuga de divisas. Lo manifiesta en estos términos: “El establecimiento del control de divisas el 8 de noviembre de 1960, descartada como fuera la variación del tipo de venta de las divisas oficiales, representa un cambio de rumbo en la política financiera que tradicionalmente se había seguido en Venezuela. Aunque imposible de prever el período de vigencia, esta medida es sin embargo de carácter transitorio y ha tenido como objetivo principal detener la fuga de divisas” (4).
En cuanto a la situación fiscal, el Presidente informó: “…Se requirió una disminución moderada de los sueldos del personal al servicio de la administración. Si bien fue intención del Ejecutivo llevar las reducciones a los empleados con sueldos superiores a 1.000 bolívares, mediante una escala progresiva del 2 al 26%, la reducción en la práctica se limitó a los sueldos superiores a 2.5000 bolívares, por decisión del Congreso Nacional. Los sueldos menores de 1.000 bolívares cubren el 75% de los empleados públicos” (5). En relación a la deuda pública, dijo: “Durante el año 1960, la deuda pública total, excluidos los intereses, experimentó una reducción de 72 millones de bolívares con relación a 1959, al pasar de 2.716 millones de bolívares en diciembre de 1959, a 2.644 millones en 1960. La deuda pública directa representa el 46% del total; la deuda indirecta, el 20%; y la deuda flotante, el 34%” (6).
Sobre el petróleo: “En 1960 el actual gobierno continuó su gestión intransigentemente nacionalista en materia de petróleo, de inconfundible contenido antiimperialista” (7), afirmación que fundamentó en cifras del reparto de utilidades entre el Fisco y la industria; y auguró que con la OPEP, recién creada en septiembre de 1960, se logrará un mejor y un justo precio para esta fuente de energía.
Sobre el hierro, industria iniciada en 1951, reseñó: “Con el hierro se viene siguiendo una política paralela a la política del petróleo. Esta industria alcanzó tan amplio desarrollo que Venezuela es actualmente, a la vez, el mayor exportador de petróleo y el mayor exportador de hierro del mundo. No se otorgarán a particulares nuevas concesiones de hierro ni de petróleo, como tampoco se otorgarán de otros minerales que sean materias primas para la industria siderúrgica o la del aluminio” (8).
Sobre la Reforma Agraria: “La acción del Instituto Agrario Nacional en el campo de la reforma agraria se incrementó notablemente, y así, si para 1959 se habían asentado alrededor de 5.800 familias, en 1960 el número de familias asentadas llegó a más de 24.000, o sea, un incremento de más de 400 por ciento. El área repartida durante el Gobierno constitucional alcanza a un millón de hectáreas” (9).
Sobre la industrialización del país: “La política de industrialización ha continuado desarrollándose en forma constante, conforme a los objetivos formulados: el logro de una economía diversificada y la consecución de nuestra independencia económica. Durante el año 1960, al igual que en el año anterior, el Gobierno ha hecho inversiones en la ejecución de la política de expansión industrial, dirigida principalmente a la sustitución de importaciones. A tal fin se han aplicado eficazmente la protección aduanera, la exoneración de impuestos aduanales, la ayuda crediticia y otros instrumentos de desarrollo industrial” (10).
Sobre la política educacional: “…Ya superan la cifra de 1.450.000 los niños y jóvenes que asisten a nuestras escuelas, liceos, escuelas técnicas y universidades… para lograr este resultado ha sido preciso abrir más de 5.000 escuelas, 54 liceos y 100 planteles de educación vocacional y prácticamente duplicar la capacidad de las universidades” (11), debiéndose destacar la creación de las universidades de Valencia y del Oriente de la República.
Sobre Salud y Asistencia Pública: “Los servicios médico-asistenciales han ampliado sus actividades en hospitaliazación y consultas externas en más del 10% sobre el año de 1959…la acción contra la desnutrición de los escolares recibió un notable impulso mediante el establecimiento de 260 nuevos comedores, o sea un 40% más de los que existían en 1959…En nuestro país el Estado tiene un gasto anual per cápita de Bs 111 en servicios de atención médica, lo que es esencialmente igual al de países en donde dichos servicios han sido nacionalizados, como en la Gran Bretaña” (12).
El Presidente Betancourt también informa las realizaciones de la política de obras públicas en vivienda, acueductos y cloacas, carreteras, etc., habidas en el año 1960.
Finalmente, en su Mensaje el Presidente Betancourt se refiere a las relaciones con la Iglesia Católica, reconociendo que, en el marco de la tradicional libertad de cultos, es la religión católica la que profesa la gran mayoría de los venezolanos. Celebró que su Santidad Juan XXIII haya escogido a José Humberto Quintero como príncipe de la iglesia, y expresó que con júbilo el Gobierno condecoró al primer cardenal de Venezuela con el Gran Collar de la Orden del Libertador, la más alta distinción honorífica que discierne la República. Anunció que espera que la Ley de Patronato Eclesiástico, vigente desde 1824, pueda ser sustituida en el futuro por un tratado o convenio concertado con la Santa Sede, para regular las relaciones entre la el Estado y la Iglesia.
Notas
1-Eduardo Mayobre. “José Antonio Mayobre”. Biblioteca Biográfica Venezolana. Libros de El Nacional. Caracas 2009. Pág. 70.
2- Luis José Silva Luongo. “De Cipriano Castro a Carlos Anfrés Pérez 1899-1979”. Tomo I. 1ª edición Monte Avila Editores. 2000. Pág. 400.
3-Luis José Silva Luongo. Obra citada. Pág. 399.
4-Rómulo Betancourt. La Revolución Democrática en Venezuela”. Tomo I. Pág. 522.
5-Rómulo Betancourt. Obra citada. Pág.526.
6-Rómulo Betancourt. Obra citada. Pág. 527.
7-Rómulo Betancourt. Obra citada. Pág. 529.
8-Rómulo Betancourt. Obra citada,. Pág. 533-544.
9-Rómulo Betancourt. Obra citada. Pág. 538.
10- Rómulo Betancourt. Obra citada. Pág. 541.
11-Rómulo Betancourt. Obra citada. Pág. 545-546.
12- Rómulo Betancourt. Obra citada. Pág. 547-548.
Comentario actual: El homenaje a Oswaldo Álvarez Paz.
El pasado 13 de enero se rindió a Oswaldo Álvarez Paz un merecido homenaje. Representantes de los partidos democráticos de la oposición y de los más variados sectores de la sociedad venezolano, se reunieron para hacerle un reconocimiento a quien es un brillante y consecuente luchador por la causa de la democracia y la libertad.
La fecha escogida para el acto -13 de enero- fue la misma en que en el año 1946 se fundó el Partido Social Cristiano, Copei, del cual Oswaldo ha sido uno de sus más esclarecidos dirigentes. Ha profesado y defendido los postulados ideológicos de ese partido con lealtad, con firmeza, tanto en el escenario nacional como en el escenario internacional. Lo pude constatar cuando fuimos diputados en el Congreso Nacional y cuando compartimos presencia en eventos celebrados fuera de nuestras fronteras.
Coincidimos por un tiempo en el desempeño de las Jefaturas de las Fracciones Parlamentarias, él en la de Copei, yo en la de Acción Democrática; y tuve el honor de sucederlo en la Presidencia de la Cámara de Diputados. Eran otros tiempos. No eran ni la procacidad ni el dicterio, lo que se oía en el recinto legislativo cuando se protagonizaban debates entre la bancada oposicionista y la bancada gubernamental. Sin hablar a media voz, hablando a voz entera, defendíamos nuestras respectivas posiciones políticas, sin tirar brazas quemantes de insultos y ofensas a los que estaban en trinchera adversaria. Argumentos y palabras de respeto, no agravios, fueron los instrumentos que se blandían en ese entonces en el Capitolio. Y, además, nos honraba pertenecer a la raza de dirigentes políticos que creen que el ejercicio de la función pública es ocasión para servir y no para lucrar.
Bajo la dictadura que ahora impera en Venezuela, se ha degradado la controversia política, y se persigue a los disidentes de la posición oficial. El propio Oswaldo ha sido objeto de ese trato hostil, hasta el punto de que desde hace años tiene prohibición de salir del país.
Lamenté no haber asistido al homenaje ofrecido a Oswaldo, por falta de información oportuna; pero hoy, con estas líneas, le tributo mi afecto de siempre.