23 de Enero
Hace 63 años el pueblo venezolano se volcó a las calles al oír la noticia: «Marcos Pérez Jiménez ha huido del país a bordo de la ‘Vaca Sagrada'».
Aquel día el país entero se emocionó al recuperar su libertad y enrumbar a la nación hacia un proceso democrático; ese día marcó un antes y un después, un momento que ayudó a Venezuela a modernizarse, avanzar y desarrollarse bajo un clima de armonía democrática y estabilidad institucional.
Ese 23 de Enero, el pueblo en las calles, la Fuerza Armada Nacional al lado de los ciudadanos, y banderas tricolor al viento, representaron el final de una década oscura y de un proceso amargo para muchísimos venezolanos que fueron perseguidos, acosados, torturados y exiliados.
Aquel 23 de Enero, el país conquistó su libertad. Atrás estaban quedando los momentos aciagos causados por una política de represión y opresión simbolizada en la siempre funesta y tristemente célebre Seguridad Nacional. Ese día en Venezuela volvió el amanecer.
Una sociedad valiente, resistente, sacrificada aguantó los embates de la Dictadura; y esa misma sociedad con respaldo de la institucionalidad castrense dieron por terminado a un modelo de gobierno que tiñó de sangre el cemento de sus construcciones físicas.
Aquel 23 de Enero de 1958 significa, en nuestra historia nacional, un gran momento, un pase de página histórica que representó la alegría de toda la nación.
Ahora bien, hoy 63 años después no podemos tan solo quedarnos con el recuerdo de las gestas de ayer, no podemos centrarnos en regodearnos con el heroísmo de los padres fundadores de la democracia, sino que debemos ir un poco más allá.
Cuando vivimos – sea dicho con firmeza – una realidad aún más atroz, aún más represiva y opresiva, cuando padecemos a un régimen que ha encarcelado más presos políticos, ha enviado a muchísimos más venezolanos al exilio y que se ha caracterizado por la violación persistente de los Derechos Humanos, más que cualquier otro régimen en el pasado de Venezuela, hoy quienes nos tocó enfrentarnos a esta situación debemos dar un paso al frente y emular a aquellos que hace 63 años reconquistaron la libertad.
El espíritu democrático que movió al pueblo hace 63 años, es el que debe imponerse de nuevo para lograr la redemocratización de Venezuela. Y esta tarea que tenemos delante de nosotros no puede demorarse por más tiempo, debemos asumirla y de forma inmediata.
Tal vez, y lo puedo comprender, muchos de ustedes que me leen podrán decir «estamos cansados de tanto luchar, de tanto batallar por la liberación del país», sin embargo les pregunto qué hubiera pasado si los padres libertadores hubieran flaqueado, qué hubiera pasado si quienes se enfrentaron a Pérez Jiménez se hubieran rendido… No es momento de ceder, sino de avanzar.
El 23 de Enero de 1958 se impuso la valentía y el amor por un mañana mejor; el 23 de Enero los venezolanos partearon una nueva etapa de su propia historia, y ahora nos toca a nosotros.
Nos toca hacer lo que aquellos venezolanos de entonces hicieron, nos toca dejarle a las nuevas generaciones una Venezuela mejor que la del presente.
Luchemos y triunfemos…