Tiempos de esperanzas
El tiempo de navidad viene cargado de ilusiones, esas que nacen del ideal de vida, lo que se quiere tener y hacer en relación con lo que se tiene y hace. Las esperanzas son el deseo fundado en el anhelo de que lo querido y necesitado llegue y se haga realidad.
Así, quien vive en la oscuridad y desea salir de ella busca hasta encontrar salidas, y ese deseo lleva a la esperanza, que es esa luz que rompe la oscuridad y muestra caminos, entonces éstos se toman. En el andar se deben superar obstáculos, mas la constancia y la tenacidad llevan a librarlos hasta alcanzar el logro. Entonces se ha llegado, se tiene lo que ha sido esa aspiración que generó la esperanza.
Para el cristiano, la esperanza es el contar con la luz que representa el niño Dios, que es verdad y vida, luz que acompaña en la fe. Para el creyente de otras profesiones religiosas, para el agnóstico e incluso para el ateo, se disponen a disfrutar el que para ellos es un tiempo llamado de navidad, constituye un momento de recogimiento familiar, de encuentro con el distante. Para todos es tiempo de buenos deseos, de lo que se quiere para los otros, deseos cargados de esperanzas.
Tener esperanzas es bueno para el hoy. Mas para el mañana se requiere el logro, tener lo querido y deseado, para ello hay que hacer, trabajar, porque sólo el esfuerzo realizado con constancia y calidad lleva al logro.
Nada viene del cielo, la biblia dice que Dios dio talentos, como el pensar y razonar, la intensión de decidir y la fuerza para construir, que deben ser usados para llegar a buen puerto.
Tener esperanzas es bueno, ello alimenta el mundo de las aspiraciones y el crecimiento. Mas hay que tener en cuenta que la esperanza es la luz que indica, la persona tiene que esforzarse para llegar al logro, sólo así se pueden obtener, disponer y disfrutar los cambios que se necesitan, lo cambios necesarios para transitar hacia el bienestar.
Hoy vivimos tiempos de esperanzas que mañana, mediante el trabajo, se convertirán en tiempos de logro.