El 2020, año de dificultades y sueños rotos
Concluye el 2020 con unos resultados nada favorables para Venezuela. Los niveles de desmejoras tienen varias interpretaciones. Van desde lo manifestado por analistas económicos y gremios empresariales, los cuales sostienen que el modelo económico es el causante de la caída del producto interno bruto en 2020 de un tercio al compararlo con el 2019. La vocería oficial, por su parte, insiste en responsabilizar a las sanciones como las causantes de las desmejoras económicas.
Los efectos sociales de la crisis son evidentes. El consumo de productos esenciales ha caído entre el 20% y el 35%, dependiendo del nivel socioeconómico. En las clases D y E el 75% de las familias son las más afectadas porque dependen de la asistencia alimenticia proporcionadas por las cajas Clap. El crecimiento de las actividades informales ha aumentado casi el doble de hace un año, convirtiéndose en la fuente de ingresos de la mayoría de las familias. Un tercio de las familias que se encontraban en pobreza crítica ha pasado a la extrema. Y esto unido a la reducción de las remesas familiares a casi la mitad del año pasado que han afectado los ingresos familiares de casi una cuarta parte de la población.
La disminución del poder adquisitivo, producto de la hiperinflación, ha continuado, ubicando el ingreso total de casi el 90% de las familias por debajo de 100 dólares al mes. El país es considerado entre los 10 en el mundo con mayores desmejoras sociales en el año 2020, así lo indican los niveles de desarrollo humano publicados recientemente por las Naciones Unidas. El ingreso per cápita de las familias es quizás el segundo más bajo del continente.
En lo económico se observa un decrecimiento en todos los sectores excepto en las importaciones, donde ahora traemos todo tipo de productos no solo materia prima sino terminados. Quizás el de mayor caída fue el agrícola donde los niveles obtenidos de maíz, arroz, café, azúcar, entre otros no alcanzan el 20% del consumo nacional. La industria nacional demuestra cifras preocupantes donde casi el 80% de sus productos han sido sustituidos por importaciones, obligando al cierre total o parcial de empresas. Los efectos negativos en el sector turismo es la mayor que se pueda recordar con sus consecuencias en desmejoras socioeconómicas en las comunidades que dependen de esta actividad. En el conglomerado empresarial público se hace evidente la paralización total o parcial de casi todo el sector productivo con sus efectos en tener que importar buena parte de lo que antes producían como: acero, cemento, aluminio, alimentos, etc.
Concluimos este año como el de mayores dificultades que hemos tenido en los últimos 100 años desde que el petróleo se convirtió en la fuente de nuestros ingresos. El 2020 las aspiraciones de superación y mejoras en la calidad de vida pasaron a ser sueños rotos.
Presidente
Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución