Año 21
Cuando decían «en el año 2000», aquello parecía tan lejano, tan «Oh… falta mucho», sin embargo ya lo pasamos, y no solo eso, ya llevamos casi 21 años de aquel cruce de milenio.
Y, cuando decían «en el 2021», ¿se acuerdan? También parecía tanto tiempo, tan lejos aquella fecha. Y sin embargo, ya nos faltan tan solo 3 días – al momento de escribir esta columna – para que este siglo XXI ya llegase a sus 21 años de existencia.
¿Qué debemos aprender de esta realidad? Primero, como decían algunos filósofos, el tiempo es relativo e inclemente, nada ni nadie lo detiene, pasa y pasa, y hace que todo cambie, es por ello que debemos aprovechar cada día, cada instante, cada minuto.
La vida es pasajera – una dura lección que aprendimos en medio de la Pandemia – y no podemos esperar que se nos pase de largo. La vida es sagrada y por lo tanto debemos honrarla al sacarle provecho, al crecer y ayudar a otros a hacerlo.
En este 2021 ruego a Dios – como católica que soy – que ilumine a la humanidad, que la Santísima Trinidad proteja con su manto al mundo y nos dé la oportunidad de reencontrar la senda para avanzar en el plano material y en el espiritual.
Deseo que todos crezcamos como seres humanos, como profesionales, como ciudadanos y como sociedad; que con nuestra formación, solidaridad, comprensión y acción podamos hacer y crecer hacia el bien común. Que juntos desarrollemos un camino de vida y prosperidad, y sobre todo fraternidad.
Que la familia sea – nuevamente – el epicentro del desarrollo social y que cada una de nuestras ciudades sean una proyección de nuestras familias y de nuestros propósito de bienestar colectivo; ruego a Dios que este 2021 nos permita mirar hacia el mañana a través de los ojos puestos en el presente.
Es decir, que dibujemos un mañana con el pincel nuestras acciones en el hoy, que no desaprovechemos ni una sola oportunidad para ser mejores con cada día, dar lo mejor de nosotros poner a favor del bien común nuestras profesiones, nuestras habilidades, y hacer – lo que nos toca hacer – para que nuestras ciudades sean cada vez mejores que el día anterior. Mas que un deber, es un compromiso que todos tenemos que asumir.
Los que éramos unos niños en aquellos años previos al 2000, soñamos con un futuro de naves espaciales, vuelos diarios a la luna y otras maravillas que – tal vez – algún día se hagan realidad, sin embargo, mientras la tecnología sigue avanzando para alcanzar la ciencia ficción, nosotros – los hombres y mujeres del hoy – tenemos la responsabilidad de soñar con cosas más sencillas, más terrenales, como un nuevo año de solidaridad, de convivencia, de respeto mutuo, de participación en temas ciudadanos y de mayor acción en beneficio de intereses comunes.
Ya el siglo cumple 21 años, y aún estamos en pañales con relación a temas como Gobiernos Abiertos y Transparentes, Participación Ciudadana y Gobiernos Colaborativos… Pero, estoy segura que esto ‐ si no los proponemos – será más fácil de realizar que carros voladores.
¡Feliz Año 2021! ¡Qué Dios los bendiga a todos!
@malemalaver
Miembro de la Directiva Nacional del Colegio de Ingenieros de Venezuela
Miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Propietarios de El Morro
Embajadora de la ONU para la Enseñanza de los ODS