2021, año de la liberación nacional
Están dadas las condiciones para que se produzca el cambio que Venezuela necesita. Si hacemos lo correcto no será necesario esperar que todo el nuevo año transcurra, aunque sí deberemos trabajar con intensidad para la reconstrucción del país en ruinas. Pero para todo es indispensable el cese de la usurpación. Es decir, la salida de Maduro de la ilegítima posición que detenta. Primer gran paso para ponerle punto final al fracasado “socialismo del siglo XXI”. Mucho daño han causado sus actores tanto en Venezuela como en otras partes del Continente.
El caso Venezuela es impresionante. Deberá ser estudiado cuidadosamente en el mundo entero. Los problemas están sobre diagnosticados, pero el hecho cierto es que cerca de seis millones de compatriotas han sentido la necesidad de irse del país buscando en otras partes lo que han perdido en su país. La tendencia sigue creciendo porque la desolación aumenta y ya no hay como mantener a la familia, cuidarla, sanar a quienes enferman, educar a los hijos adecuadamente, garantizarles un mínimo de seguridad personal y, en fin, cumplir con las obligaciones elementales de la ciudadanía. No se trata solamente de los pobres. También está muy afectada la clase media y hasta los ricos, empresarios o no, tienen serias dificultades.
La pandemia generada por el coronavirus y las limitaciones impuestas al trabajo y a la movilización ha sido un serio factor adicional. No hay cifras confiables ni existe una política adecuada para enfrentar la situación. Cada quien tiene que ver cómo se las arregla en medio del caos y la anarquía reinante. Todo es una invitación a migrar o a que se incremente la delincuencia, organizada o no, como efectivamente lo estamos sufriendo.
Durante bastante tiempo, cuando los primeros síntomas de lo que podría venir se hicieron presentes, los amigos de otros países con los cuales mantenemos relaciones, pensaban que exagerábamos al contarles lo que empezaba a suceder. Ahora invitan a que vayamos a sus países para poder vivir serenamente lo que nos queda de vida, sin sobre saltos injustificados y con las posibilidades de trabajar por la liberación de Venezuela con un relativo marco de seguridad.
A pesar de todo, personalmente creo que llegó la hora. Semanas o pocos meses, nos separan del desenlace. Diciembre ha sido un mes útil para la causa. El fracaso del régimen el 6-D cuando más del 80% de la población electoral le dio la espalda a la inconstitucional convocatoria a elecciones parlamentarias al negarse a concurrir y el extraordinario triunfo de la oposición auténtica entre el 7 y el 12-D anuncian tiempos mejores. Pero todo dependerá de la firmeza y del desprendimiento personal y grupal. Las respuestas a las tres preguntas de la Consulta Popular señalan la ruta ordenada por el Soberano.
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