Unos van riendo…
Se viene la temporada decembrina y con ella – y gracias a la grave situación que vivimos en Venezuela – veremos el gran abismo que separa a muchísimos venezolanos. Unos con capacidad de compra y millones con ingresos cada vez más escasos.
Y tendremos que decir, como aquella vieja canción de la Billo’s Caracas Boy’s, “Navidad que vuelve, tradición del año; unos van riendo y otros van llorando”.
Sí, quienes están en la cúpula del poder – o quienes gracias a sus esfuerzos pueden tener ingresos en divisas – podrán tener una “Navidad Feliz”, mientras que aquellos venezolanos que no están enchufados, ni poseen altos ingresos en dólares, pasarán una triste y pobre Navidad.
Para algunos, las fechas de Diciembre serán con sabor a hallacas, pan de jamón, ensalada de gallina y pernil, no obstante para miles de hogares esta “dieta decembrina” es imposible de costear. He aquí la clara división que existe en la sociedad venezolana de hoy en día.
En las entrañas del país, existen millones de venezolanos que solo podrán comer hallacas si alguien se las brida o mediante enormes sacrificios; en cambio, les apuesto que en Miraflores no faltará ni el panetón o el dulce de leche.
Hace 21 años, Hugo Chávez prometió igualdad y basó su proyecto en el socialismo. 21 años después el país está más desigual que nunca, pues, solo un grupo tienen la capacidad de vivir bien, mientras el 90% tiene que hacer tripas corazón para medio subsistir en medio de un país corroído por el hambre, la inflación y el caos económico.
“Unos van riendo”… Aquellos que lo tienen todo, aquellos que tienen el poder y nunca les ha faltado gas, gasolina, ni divisas en los bolsillos; son los mismos que hablan de sacrificios, pero se refieren al del pueblo de a pie, jamás al de ellos mismos.
“Unos van llorando”… Aquellos que tienen a sus hijos fuera del país, buscando el porvenir que aquí se les niega; van llorando aquellos que no pueden hacer una Cena de Navidad, ni comprarle juguetes a sus hijos. Van tristes, quienes se acostaran temprano y con el estómago vacío.
Estas son las primeras navidades completamente dolarizadas, y estas son las primeras navidades cuando veremos, en todo su impacto, las consecuencias de las políticas económicas que por más de dos décadas aniquilaron al país, llevándolo al estado de postración de la actualidad.
El “Niño Jesús” de este año no será gran cosa. Los aguinaldos son cosas del pasado. Los trabajadores no sacan ni siquiera para hacer un mercado de una semana, y menos para hacer los gastos típicos de las festividades. Sin duda, el modelo actual pulverizó con las tradiciones, engulló nuestra forma de vivir y nos sumergió en una crisis sin igual.
Y – para terminar – le haré una pregunta: ¿Cuánto costará una hayaca este diciembre? ¿Cuánto costará un plato navideño? ¡Ay, papá que mamá chocó! Maduro acabó con el diciembre de los venezolanos y esto nadie lo puede negar.