NYT: El chavismo también agrede y persigue a sus simpatizantes con tal de permanecer en el poder
Para la administración de Nicolás Maduro, cualquiera que denuncie injusticias es enemigo, y si se trata de personas leales al proceso de Hugo Chávez, son acosados y llamados traidores.
En un reportaje realizado por el New York Times, narran cómo simpatizantes del chavismo han sido “ajusticiados” por denunciar actos de corrupción dentro del mismísimo Partido Socialista Unido de Venezuela.
José Carmelo Bislick era locutor de El pueblo en combate, un programa de radio popular en la comunidad de Güiria, estado Sucre; socialista de toda la vida, incluso en sus momentos más vulnerables, elogiaba a Nicolás Maduro por su labor frente a las sanciones.
Carmelo Bislick habría denunciado a los dirigentes locales del PSUV por “haberse beneficiado de su acceso al combustible, dejando a la mayoría de la gente haciendo filas durante días en las gasolineras vacías”, palabras suficientes para que pocas semanas después irrumpieran en su hogar cuatro sujetos armados y encapuchados quienes lo acusaron de haberse excedido. Bislick fue golpeado y llevado a rastras de su hogar frente su familia, horas después lo habían encontrado muerto con heridas de bala.
El alcalde de la localidad no reportó el asesinato ni muchos menos presentó las condolencias a la familia de Bislick, quienes denunciaban que su muerte había sido por causas políticas.
“¿Es denunciar tan feo como para que le cueste la vida a un hombre que solo buscaba el bienestar social?”, se pregunta Rosmery Bislick, hermana del fallecido locutor, quien había dedicado toda su vida al socialismo.
Esta ola de represión contra el llamado “chavismo marginado” ha agarrado fuerza como el resultado de la decisión de Maduro de “dejar a un lado las políticas de redistribución de la riqueza de su difunto predecesor Hugo Chávez, a favor de lo que equivale a un capitalismo de compinches para sobrevivir al endurecimiento de las sanciones estadounidenses”, señala el trabajo del NYT.
“Quien haga una crítica primero, te ponen al lado de partidos de oposición, de derecha, te llaman traidor”, indicó Ares Di Fazio, exguerrillero urbano y líder del Partido Tupamaros, de extrema izquierda, el cual fue desmantelado por el gobierno en agosto después de haber expresado su descontento ante la aversión del nuevo modelo impuesto por Maduro.
Oswaldo Rivero, un destacado activista de izquierda y presentador de televisión nacional, quien durante años impulsó el discurso de odio de Hugo Chávez con los ataques a la oposición desde su programa, comenta que quienes cuestionen esta realidad “ahora lo vuelven leña”; Rivero es acusado de traidor y ha sido amenzado en reiteradas oportunidades por denunciar la corrupción.
Ante la ola de represión contra estos activistas de izquierda, por primera vez, han decidido presentarse a la Asamblea como con sus propios candidatos; esta especie de “insurrección” dentro de las filas del oficialismo no fue bien recibida, por lo que el Tribunal Supremo de Justicia, cuestionado por su lealtad al ejecutivo madurista, removió a la directiva de Tupamaro junto con otros disidentes y la reemplazó con personal leal a la nueva tendencia.
Tras una relativa calma provocada por la pandemia, el descontento avivó las calles de diversos sectores en el país, la represión de estos partidarios del socialismo fue la misma aplicada con la oposición durante las protestas.
“El gobierno no le teme a la derecha, le teme a la izquierda porque saben que decimos la verdad a la gente”, indicó Rafel Uzcátegui, veterano socialista de 73 años y miembro del partido Patria Para Todos acusado de haber visitado un burdel y calificado como perseguido político, él junto con 37 miembros de su partido fueron detenidos por hacer campaña en contra del gobierno.
Actualmente, miles de familias que alguna vez pertenecieron al llamado legado de Chávez, son ahora enemigos del nuevo proceso establecido por Maduro, quien no duda en hacerle frente a cualquiera que presente una amenaza.