Las canas pesan más por la emergencia humanitaria y la pandemia: Tal Cual
Las complicaciones naturales de la vejez se intensifican para los adultos mayores venezolanos, que no encuentran cómo vivir con una pensión de 400 mil bolívares y pasan hambre casi siempre.
Un estudio de la organización Convité, alertó que 3 de cada 5 adultos mayores se acuesta con hambre, 1 de cada 10 se acuesta todos los días con hambre y 23% de las personas mayores viven solas.
Hernán Salinas, un buhonero de 70 años de edad que trabaja en Catia, dijo a Tal Cual, que cumplió la cuarentena estricta por la pandemia desde marzo hasta mayo. «En tres meses, este hombre se las ingenió para sobrevivir con una pensión de 400.000 bolívares (menos de un dólar mensual) y los bonos que otorga la administración de Nicolás Maduro a través del carnet de la patria. Sumando todo esto no llegaba a $3 mensuales».
«Vive alquilado en un cuarto de pensión en la carretera vieja Caracas-La Guaira, mensualmente debe cancelar 5 dólares, pero pocas veces alcanza a pagarlo porque no tiene forma de reunir el monto. Agradece la consideración que le tienen y que no lo hayan botado del lugar».
“Pasé unos meses rudos. Me daba miedo salir, pero después me dio más miedo morirme de hambre y volví para acá”, dijo Hernán mientras recoge los libros y las bolsas que tenía expuestos en la calle, porque funcionarios de la GNB lo corrían del lugar por incumplir las medidas de confinamiento. Para el momento en que fue consultado, el país estaba en semana de cuarentena radical.
Hernán Salinas dedicó su juventud a la enfermería, pero cuando las secuelas de los años empezaron a hacerse notorias, lo despidieron. Ahora es parte de los 4,9 millones de pensionados que reciben un monto que no les garantiza la comida ni para un par de días, pues sigue sin alcanzar el dólar mensual.
En contraste, Tal Cual relató la historia de Abrahams Jaguán, quien se abocó a la docencia en sus años mozos, trabajó en la Electricidad de Caracas en tiempos de Óscar Machado. «Hoy forma parte del 23% de adultos mayores que viven solos en el país y no subsiste de lo que le retribuye el Estado, sino de lo que logró acumular en los buenos tiempos». Jaguán dictó clases de Matemáticas y Ciencia Actuarial en la UCAB y UCV.
Actualmente, este profesor universitario engrosa los números de la vejez dejada atrás por la ola migratoria. No forma parte de los que pasan hambre, pero sí malos ratos durante el confinamiento por el coronavirus. Él es uno de los 400 adultos mayores que está siendo atendido por el personal de Plan Buen Vecino, una iniciativa que contacta a las personas de la tercera edad en Caracas para entregarles almuerzos en medio del confinamiento por el coronavirus y evitar que corran riesgo de infectarse en la calle.