Jorge Rodríguez dirigió la tortura contra Roland Carreño
Mal vino al mundo este engendro del mal. Lo llaman “el diablo rojo” y siempre ha vivido del crimen. Disfrutó de la riqueza de un señor industrial norteamericano, a quien su padre secuestró para quitarle 20 millones de dólares, que le sirvieron para vivir en la riqueza, monitoreado a manos llenas por José Vicente Rangel y la tutoría permanente del célebre asesino conocido como el Dr. Chirinos, de quien aprendió los pasos por estos caminos infernales.
Lo primero que ordenó el diablo rojo, unas horas antes de su llegada a la Roca, fue un plan de “ablandamiento” al periodista Roland Carreño, a quien vejaron cruelmente y amenazaron señalándole que le pasaría lo del concejal Albán, otra víctima del endemoniado personaje.
Su Protocolo – como gusta llamar las sesiones de tortura-, comienza con la bolsa que le introducen en la cabeza a la víctima con cuerno de siervo (amoniaco), irritante de las vías respiratorias, y aplicándole una ampolla de pentotal. Fue tan insistente el castigo que el comunicador se le desmayó dos veces a la comisión presidida por Rodríguez e integrada por los comisarios jefes de grupo, escogidos por el director del Sebín, por sus características sanguinarias: comisario general Ángel Flores, José Luis González, comisario Ángel Alexander Fernández Hernández, conocido en los bajos y tenebrosos fondos como “el búfalo” Y Alexis Rafael Echeverria Herrera. Dos enfermeros cubanos aplicaban las dosis que el “diablo rojo “ordenaba, tal como lo enseño su tutor y profesor Edmundo Chirinos, quien hacía lo mismo para violar a sus víctimas.
El periodista permanece drogado e inerme. Rodríguez estructuró un guion que Carreño debía repetir o era hombre muerto. Fue reanimado dos veces, ante el casi fallecimiento por las sustancias que le bloqueaban la respiración. El nuevo Chirinos se marchó a preparar el montaje del vídeo y ofrecer después las nefastas declaraciones, que son material suficiente para acusarlo a él y sus asistentes, ya señalados, para que respondan ante las instancias competentes, ya que este es un crimen de derecho internacional. La impunidad de Rodríguez no tiene límites.
“El diablo rojo”, el verdugo más prolífico del usurpador, es de un sadismo sin comparación en el país, Es protagonista en todas las matanzas y tortura de los presos políticos. Las dimensiones son tantas, que es una especie de Blojin, el torturador de Stalin, de fama mundial, por su crueldad con los prisioneros. Al igual que este, el monstruo tropical, disfruta su papel de carnicero. Al final de las jornadas el soviético brindaba con Vodka. Rodríguez con finos caldos, como buen alumno de Edmundo Chirinos. Ambos esconden su crueldad bajo refinados placeres.
El periodista sigue recibiendo tratos crueles e inhumanos. Ojalá los organismos internacionales tomen nota y hagan algo, ya que su estado de salud es bastante delicado. Este sheriff de la psiquiatría del mal, algún día tendrá que pagar sus numerosos crímenes.
PD.1. La operación libertad de Leopoldo López tiene a la tiranía como un trompo sin guía. Locos, se acusan entre ellos mismos. 7 agentes cubanos, encargados por La Habana para monitorearle ya están presos en la isla y vienen ajusticiamientos, mientras el prestigio de López se agiganta en el hemisferio. Habló con el Presidente de España y su agenda está repleta de líderes democráticos que quieren recibirlo.
2. La alcaldesa de Bogotá acusa a los venezolanos de delincuentes para ocultar que la tiranía, cumpliendo instrucciones del foro-cartel de Sao Paulo, ha entregado pasaportes para destacar terroristas en todo el mundo. Es como si dijéramos que los colombianos son malos porque el tirano Maduro es paisano de la alcaldesa. Nuestra hermandad entre países no la destruirá el castro chavismo, ni sus agentes en esa alcaldía.