Ludovico Silva: Luis José nació en Caracas y Ludovico nació en Madrid

Opinión | octubre 7, 2020 | 6:18 am.

Luis José Silva Michelena, mejor conocido como Ludovico Silva, desde adolescente se entregó a la poesía y a la escritura. Fue un escritor, ensayista, filósofo y poeta venezolano, estudioso de Karl Marx.

Es considerado uno de los más importantes intelectuales patrios del siglo XX. Algunas de sus obras han sido traducidas al italiano y al alemán. Nació el 16 de febrero de 1937, en el seno de una familia acomodada de Caracas. Apenas habían transcurrido dos años de la muerte del general Juan Vicente Gómez, quien gobernó de manera autoritaria el país durante 27 años. Sus padres fueron don Héctor Silva Urbano y doña Josefina Michelena. Tuvo dos hermanos Héctor y José Agustín Silva Michelena. Se educó y cursó los estudios de primaria y bachillerato en el prestigioso Colegio San Ignacio de Loyola, de su Caracas natal, igual que sus hermanos, recordados por ser estudiantes sobresalientes.

Desde los 14 años mandaba sus artículos al diario El Nacional, vio frustradas sus intenciones. Ludovico es el autor marxista más respetado y que más contribuyó con el desarrollo teórico del marxismo en los años 60 y 70 en América Latina. Es probablemente el filósofo más lúcido de la modernidad en Venezuela. En uno de sus escritos dejó prefigurada su vocación literaria desde su niñez, cuando dijo: “Yo, como poeta y escritor de ensayos, tengo una misión, que para mí fue clara desde mi niñez: escribir”.

Luis José a los 17 y 18 años estudiaba en Madrid. Sus compañeros de estudio lo bautizaron Ludovico, apodo de profundas reminiscencias artísticas en honor al poeta italiano Ludovico de Ariosto. Desde ese día dejó de llamarse Luis José y tampoco uso nunca más su segundo apellido Michelena, en lo adelante firmó: Ludovico Silva. Podemos entonces sostener que Luis José nació en Caracas, pero Ludovico nació en Madrid.

Europa y los Poetas del Siglo de Oro

En 1954 a los 17 años de edad, en pleno auge la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, sale a Europa con destino Madrid, Alemania y París a estudiar. En Madrid se une al mundo de la intelectualidad, la tertulia poética y la bohemia. Se hace asiduo al Ateneo de Madrid y a la Casa de la Tertulia Hispanoamericana. Conoció más de cerca la poesía y los poetas españoles, desde los místicos como Juan de la Cruz o Fray Luis León, de los poetas del llamado Siglo de Oro, tuvo especial admiración por Francisco de Quevedo, y los de la generación de 1929, por Jorge Guillén, de quien fue su amigo personal. En el país Ibérico sus compañeros de estudio le apodan Ludovico, desde ese entonces asumió ese nombre. Podemos entonces sostener que Luis José nació en Caracas, pero Ludovico nació en Madrid.

Entre los años 1954 y 1960 estudiará “Dos años en Madrid, uno en Francia, en París, tomando cursos de Literatura francesa en la Universidad Sorbona de París, la más famosa de todas; y un año en Alemania donde cursa estudios en la Universidad de Friburgo, estudiando Filología Románica con Hugo Friedrich, eminente profesor y autor del importante libro “Escritura de la lírica moderna”, que pasa a ejercer una influencia en su manera de apreciar el fenómeno poético moderno, y a citar continuamente en sus ensayos literarios.

Ludovico formó parte de la generación post boom petrolero, como estudioso del capitalismo y conocedor de los capitalistas, en uno de sus Ensayos Temporales, escribió: “Mi desencanto respecto de la sociedad capitalista viene de muy lejos, desde cuando niño vivía en un campamento petrolero y me codeaba con los arrogantes gringos”.

Ludovico vuelve a Caracas

En 1960 hizo radio, fue productor y director del programa radial “La palabra libre”. Entre los años 1964 y 1968 fue Secretario General del Ateneo de Caracas. Desde este escenario participó en la fundación de la revista Papeles, fue miembro del comité de redacción. Fue colaborador de periódicos y revistas, El Clarín, y la revista Cal, dirigida por Guillermo Meneses. Junto con Miguel Otero Silva fundó la revista Lamigal.

El año 1969 egresó con mención Summa Cum Laude de la Escuela de Filosofía de la Universidad Central de Venezuela. Desde 1970 fue profesor de la Escuela de Filosofía de la casa que vence las sombras, actividad que compartió con la creación poética y la reflexión filosófica. Se desempeñó como jefe de cátedra en la Escuela. Durante la década de los 80’s Ludovico mantuvo de manera constante una columna periodística en el diario El Nacional, titulada “Belvedere”.

Fundación Ludovico Silva

Entre sus obras principales figuran. La alienación en el joven Marx (1973); Anti manual para uso de marxistas, marxólogos y marxianos (1976); Contracultura (1980); La alienación en la obra de Marx (1983). Fue autor de poemarios, entre los cuales tenemos: Tenebra (México, 1964); Boom (Caracas, 1965); In Vino Veritas (Caracas, 1977); Cuaderno de la noche (Caracas. 1979); Piedras y campanas (Caracas, 1979); y Crucifixión del vino (1996, póstumo).

El 1 de mayo de 1966 se estableció la Fundación Ludovico Silva, la cual es presidida por su hermano Héctor Silva Michelena, tiene como objetivo principal la difusión de las manifestaciones culturales venezolanas y latinoamericanas, así como la proyección del pensamiento y obra del filósofo y poeta.

Beatriz Guzmán de Silva “Para recordar a Ludovico…”

Su esposa Beatriz Guzmán de Silva publicó el año 2017 un libro titulado “Para recordar a Ludovico Silva”. Artículos con sus textos que tienden unos a la apología, otros al ensayo, donde podemos encontrar “..la influencia que dejó el ,poeta y filósofo sobre todos sus coterráneos”. Todos por igual, los poemas, prosas y reflexiones, tienen una misma dirección, un mismo norte: “la reconstrucción de la figura del gran pensador, su persona y su obra”.

En esta prolífica obra encontramos trabajos y escritos donde se encuentran las plumas de Salvador Garmendia, Adriano González León, J.D. García Bacca, entre otros, con 109 artículos diferentes. Realmente, es una obra digna de admiración, ya que es de difícil compilación, pero gracias al esfuerzo de Beatriz, podemos deleitar esta enriquecedora obra en un solo tomo. Aunque para muchos se queda corta ante la talla del homenajeado.

Ludovico Silva y Aquiles Nazoa

Ludovico al referirse a Aquiles Nazoa, ha dicho y nos dejó escrito: “Es un gran poeta, fue el más grande de los poetas humorísticos de nuestra lengua. Sin duda es el poeta que en Venezuela goza de la más auténtica y dilatada popularidad. Sus recitales en el Aula Magna de la Universidad Central constituyeron acontecimientos de impresionante magnitud. Ha sido el único poeta venezolano que habló directamente a los desheredados, a los marginales, a los miserables y también a esas clases medias que tienen un pie en el barro y otro en el primer peldaño de la escala social…”.

Hay un hecho que me llama la atención de un subgénero de las Crónicas de nuestro poeta Aquiles Nazoa, y son las “Noticias comentadas”, una muestra es la siguiente, la transcribo textualmente: “Catorce días lleva Camatagua sin una gota de agua y en cuanto al pueblo en que yo vivo, en Cagua, allá tampoco hay agua. Lo único que falta es que en Caucagua también se vaya el agua”.

No me cabe la menor duda de la admiración y el aprecio que Ludovico sentía y le manifestó a Aquiles Nazoa, autor del poemario que para mí es el más completo y que siempre estoy ojeando “Humor y Amor de Aquiles Nazoa”.

Trino Márquez y los Hermanos Silva Michelena

Los hermanos Silva Michelena (Héctor, José Agustín y Ludovico) fueron respetados investigadores académicos. Sus libros, ensayos y trabajos de investigación son de consulta casi obligada en las universidades venezolanas y otras del planeta, sus trabajos han sido traducidos a distintos idiomas.

Me recuerda el profesor Trino Márquez (UCV) las palabras de Ludovico Silva en los actos velatorios por el fallecimiento de su hermano José Agustín en la funeraria Vallés el 8 de diciembre de 1986, cuando dijo: “Quien debería estar en esa urna soy yo, y no mi hermano José Agustín”. En mi opinión sus sentidas palabras tienen una explicación, que va más allá de los afectos familiares y, es que José Agustín era un bebedor social, apreciado cocinero por sus amigos, más tranquilo y menos bohemio que Ludovico, porque ese sí supo vivir la Bohemia.

Trino Márquez tuvo relación de amistad, profesional y académica con los hermanos Silva Michelena. Ludovico Silva fue su profesor de marxismo en el Curso de “Metodología de la Investigación Social”, que Trino Márquez realizó en el Centro de Estudios del Desarrollo (CENDES) de la UCV, cuyo Director era José Agustín Silva Michelena, quien también le dio clases. Héctor Silva Michelena fue el Tutor de la Tesis de Grado de Trino Márquez el año 1996, titulada “El Estado social de Derecho”.

Ludovico, Agustín Calzadilla y yo

A Ludovico lo conocí en la Universidad, igual que a su hermano José Agustín Silva Michelena, quien era el representante del Cendes en el Consejo Universitario de la UCV, en los años 1982 y 1983. Su hermano Héctor también fue representante profesoral, cuando este escribidor era el representante de los estudiantes en ese co gobierno universitario. Al graduarme de abogado, me voy a trabajar al Bufete de Agustín Calzadilla, gran amigo de tertulias y encuentros con Ludovico. Nos veíamos con frecuencia en los bares de Sabana Grande y en sus apartamentos o en el mío, pude compartir con ellos los momentos de tertulia literaria, de amistad, la música con familiares, poetas, artistas, políticos de izquierda, en una bohemia agradable.

Ludovico Silva la última vez que compartí con él y Agustín fue en su apartamento de Sebucán, en compañía de su señora esposa Beatriz. Pasamos toda una tarde de amena y buena conversación, me regaló sus poemarios (In Vino Veritas, Piedras y campanas), los cuales conservó. Ya estaba malito, pero conservaba su firmeza, su mirada penetrante, su voz que se hacía sentir, firme en sus discusiones con Agustín. Conmigo siempre amable y de buen trato, conservó sus buenos recuerdos, al poco tiempo falleció.

Un día le escuche decir: “En el vino está la verdad”

A su esposa Beatriz Guzmán de Silva, la última vez que la vi fue en el desaparecido restaurant «Il Vecchio Mulino» de Sabana Grande.Ahí compartimos con un grupo de poetas e intelectuales igual que ella. Beatriz, donde quiera que te encuentres espero que estés bien y que recibas este homenaje que le rindo a tu esposo, que lo tiene bien merecido. Un día escuche a Ludovico Silva decir: “En el vino está la verdad”.

Salud poeta, salud.

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