La moribunda constituyente
En su fase agónica, como aquel que se niega a morir ante la inminencia de la fatalidad, la espuria Asamblea Nacional Constituyente, en su último suspiro, aprobó a la velocidad de la luz la llamada Ley Antibloqueo, un auténtico adefesio jurídico. Una llamada ley que de facto deroga la Constitución de 1999, mediante un conjunto de disposiciones supuestamente orientadas a atraer inversiones y crear un clima propicio para proteger a Venezuela de las sanciones. Todo es falso de toda falsedad.
Ese disparate jurídico lo que pretende es, entre otras cosas, deshacer lo hecho por Chávez entre 2007 y 2009 en materia de estatización de empresas petroleras y otras del ramo comercial y agroalimentario. También busca implantar una especie de sistema bimonetario para que se pueda establecer el dólar o el euro como monedas de libre circulación. Pero hay aspectos sumamente graves como el que contempla la ruptura de la Unidad del Tesoro al autorizarse que recursos recibidos puedan manejarse al margen del mecanismo tradicional de la Tesorería Nacional y tal vez lo que es peor, que se haga del secreto de las contrataciones públicas una norma. Todo indica que algo han debido pedir los socios internacionales de Maduro para que apuradamente se aprobara una ley de esa catadura.
Resulta interesante que la ley haya sido escrita por Maduro, según él mismo dijo días atrás. Sobran las palabras.
Ahora bien, en la sesión de la Constituyente del 8 de octubre, abundaron los atropellos contra algunos constituyentes a quienes ni siquiera los dejaron entrar al recinto donde se discutía la “ley”. Cabello, con el mazo dando, se encargó de silenciar las voces disidentes como ya es usual. A su lado, sobresalía la voluminosa figura de Herman Escarrá tratando de dar clases de derecho apelando al codigueo para justificar lo injustificable. Esta especie de Laureano Vallenilla Lanz, obviamente sin el talento de éste, ha sido un auténtico saltimbanqui de la política pasando del anti chavismo al chavismo y del chavismo al anti chavismo y de nuevo al chavismo y en cada etapa dejó su huella como el llamado a la marcha sin retorno convocada para derrocar a Chávez desde la Avenida Victoria en Caracas en 2007, su incursión como candidato a gobernador en Anzoátegui, entre otros episodios propios de gente volátil políticamente y sin principios firmes.
Lo interesante es que con esta ley, Maduro se quedó totalmente aislado y figuras provenientes del chavismo se negaron a refrendar semejante barbaridad jurídica. Si un evento ha unido al país ha sido este. Elías Jaua, Luis Britto García, Carlos Mendoza Potellá, el PCV, el PPT entre otros cerraron filas contra semejante absurdo. Toca ahora seguir haciendo un esfuerzo para unir a los venezolanos en contra del régimen más anti popular que ha tenido Venezuela.