La consulta y la burla
Los venezolanos seremos consultados por la Asamblea Nacional si estamos de acuerdo con el cese de la dictadura, si debe ejercerse presión nacional e internacional para lograr un gobierno de transición y si rechazamos la farsa electoral del 6D. Por su parte el régimen, por intermedio del psiquiatra resentido, anunció la burla de preguntar sobre las expectativas y sueños de los ciudadanos.
Sobre la consulta era de esperar que surgieran voces expresando dudas sobre su pertinencia. Podrían tener cierta base argumentos tales como que ya se realizó una el 16 de julio del 2017; que el régimen no la va a reconocer y tratará de impedirla; que los ciudadanos están ocupados en cómo sobrevivir con un salario mínimo de menos de un dólar mensual; además de enfrentar la deficiencia de los servicios públicos, escasez de productos y el coronavirus.
Lo anterior es respetable y es de asumir que quienes convocaron la consulta evaluaron sus pros y contras. Lo que cuesta entender es que el partido Vente Venezuela exprese que no es justo para los venezolanos invertir el tiempo que no tienen en una nueva consulta para intentar resolver un asunto de legitimidad y tiempo de la Presidencia interina. Su tarea es cumplir con el cese de la usurpación y Venezuela así se los demanda.
Esta afirmación es no solo desleal, sino injusta. Ya distinguidos constitucionalistas se han pronunciado sobre la legitimidad de la presidencia interina y sobre su continuidad en caso de que se realice la farsa electoral del 6D. Seguir reclamando que no se ha puesto fin a la usurpación es no tomar en cuenta lo que ese mismo partido afirma de que estamos frente a un Estado criminal que ha entregado la soberanía a grupos organizados del terrorismo, el narcotráfico y la guerrilla internacional. Vente Venezuela debería estar consciente de que a este régimen lo sostiene el Alto mando Militar, jueces corruptos y los grupos mencionados.
Por otra parte, ese partido tiene derecho en insistir en que la ruta es conformar una coalición internacional con fines humanitarios y liberadores, a través de lo que llama una Operación para la Paz y Estabilización (OPE) de Venezuela. Sin embargo, debería reconocer que ningún país está dispuesto a intervenir militarmente.
Algunos insisten en que la consulta no debe ser para presionar por elecciones transparentes de presidente y diputados, sino para poner fin a la usurpación, para después hacer las elecciones. Esto suena atractivo pero es poco realista, ya que nosotros no tenemos las armas y los países que nos apoyan han reiterado que la vía es electoral. Por otra parte, un inconveniente es que la pandemia obligará a que la mayor parte de la consulta sea vía internet,
Sobre la consulta, el presidente (e) Guaidó declaró que no es un fin en sí misma, sino un mecanismo para la expresión popular y el ejercicio de la mayoría y lo que busca es proteger a los ciudadanos, ponerle fin a la dictadura y que se celebren elecciones parlamentarias y presidenciales libres, justas y verificables. Necesitamos ejercer la presión en todos los rincones de Venezuela, pero de manera organizada.
Una sugerencia sería que las preguntas sean reformuladas en forma más sencilla. Quienes se sigan oponiendo a la consulta deberían considerar que si no tiene éxito el único beneficiado sería Maduro y sus palafreneros.
Por su parte el régimen hará también una consulta que es una burla. Preguntará a los ciudadanos sobre sus sueños y expectativas. ¿Cuáles pueden ser? Evidentemente los mismos sueños y expectativas que volvieron añicos este llamado socialismo siglo XXI, para beneficio de unos corruptos e ineptos. Los ciudadanos de los estratos sociales menos favorecidos aspiran que se recupere el ascenso social de las primeras décadas de la democracia y que se detuvo en la última etapa.
Sueñan con dejar el rancho por una vivienda digna, devengar un salario que le permita cubrir sus necesidades mínimas, obtener los alimentos y medicinas que requiere, disfrutar de agua y luz todos los días, conseguir las bombonas de gas, no estar expuestos a ser asesinados o asaltados, protestar pacíficamente sin riesgo de una bala o de ir presos y ser torturados. Los agricultores sueñan con que cesen las invasiones de sus tierras, tener acceso a insumos y precios justos, así como seguridad personal y jurídica. Los empresarios tienen la expectativa de que el Estado deje de intervenir y los profesionales ansían el debido respeto. Todos aspiran votar y que su voto se cuente y no se vuelva cuento. Es urgente salir del régimen. Los venezolanos no solo soñamos, sino que anhelamos un nuevo gobierno que traiga paz, libertad, progreso y respeto.
Como (había) en botica: Hace diez años la dictadura cometió el atropello de robarse Agroisleña, privando a los agricultores de insumos, crédito, almacenamiento y asistencia técnica, y perjudicando a sus propietarios. Fue una gran empresa. Excelente mensaje del embajador de Alemania, señor Daniel Kriener, con motivo de los 30 años de la reunificación de ese gran país ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!