Gasolina pa’ hoy
Parafraseando el popular refrán de «comida pa’ hoy hambre pa’ mañana» podríamos decir, con relación a la reactivación del suministro de combustible anunciado por Miraflores, que este hecho puede ser calificado como «gasolina pa’ hoy y escasez pa’ mañana».
Mientras las refinerías venezolanas no estén a punto la crisis de abastecimiento de carburante se profundizará, y así envíen barco tras barco de gasolina iraní, la situación irá por el mismo camino.
La solución de la crisis de combustible pasa por relanzar la operatividad y productividad de Pdvsa, y esto no se logrará si no existe tres factores fundamentales: Inversión del aparato productivo; cambio hacia la meritocracia interna en Petróleos de Venezuela (eliminando todo rastro de politización); y por último, depuración de la red de corrupción que ha hecho añicos a la industria.
Ante la llegada de la gasolina de Irán cabe la pregunta: ¿hasta cuándo durará la «normalidad»? Veremos nuevamente cientos de vehículos haciendo cola para recargar el tanque, veremos nuevamente como los funcionarios y aquellos con «amigos de influencias» podrán disfrutar de las mieles de sus relaciones, mientras que miles dormirán en las Estaciones de Servicios y vivirán los frutos del socialismo.
La gasolina es, en este momento, el talón de Aquiles de Nicolás Maduro. En el Palacio de Miraflores saben que los venezolanos se enfurecen debido a la escasez de combustible, y que los ánimos se han caldeado en muchos estados del país debido a la sequía de gasolina en gran parte del territorio nacional.
Ellos – quienes tienen el poder – están respirando tranquilos con la llegada de los tanqueros iraníes, sin embargo ya piensan en qué hacer cuando el carburante se acabe, y nuevamente regrese el bachaqueo de gasolina y la rabia colectiva de una población que no quieren estar inmóvil por culpa de la incapacidad de quienes gobiernan.
Y, ¿por qué los venezolanos no pueden vivir sin combustible? Fácil, por años se nos vendió a cada ciudadano promedio – tanto en este como en los anteriores gobiernos – que cada uno de nosotros es dueño de Pdvsa, caló muy hondo en la mente de los venezolanos aquello de que «cada quien merece su gotita de petróleo», y más cuando en la conciencia de los venezolanos yace una certeza: «si aquí nada sirve, por lo menos deberían mantenernos lo último que nos queda: la gasolina».
Estas creencias están sembradas en el alma nacional, por lo tanto es inútil por parte de Miraflores tratar de cambiar la visión de los ciudadanos. La única forma de satisfacerlos es con gasolina suficiente y constante; y esto lo manejan en los laboratorios de acción psicológica del Gobierno y por ende están desesperados – aunque sin los equipos ni el personal apto – por reactivar todas las refinerías venezolanas y abrir un chorro de combustible que, paradójicamente, calme el fuego social de los venezolanos.
En fin de cuentas, hoy tendremos gasolina, pero mañana – con toda seguridad – veremos a cada quien con sus automóviles estacionados sin una gota, con las gasolineras vacías y los bachaqueros contentos.