Especial ND: Venta clandestina de licor sigue en alza mientras el gremio pide ser incluido en el 7+7
Aun con el decreto de Nicolás Maduro de prohibir durante la cuarentena la venta de licores; éstas no han parado. Si bien las licorerías y expendios están cerrados, la comercialización “bajo cuerda” continúa.
Alejandro, cuyo nombre verdadero fue ocultado en su resguardo, vive en los Altos Mirandinos y se dedica a vender bebidas desde su casa. Hace delivery y recibe pedidos por WhatsApp y Facebook, dos de las redes sociales más usadas en los últimos años. Ofrece combos de ron con un refresco Glup de cola y de anís con un Gatorade. A veces, vende cervezas, y uno que otro licor que crea que pueda tener salida. Las ventas nunca cesan para él.
“El licor sale porque en este país el vicio siempre va a salir. Me parece absurdo que las licorerías estén tanto tiempo cerradas, por ahora, y uno busca vender combos y a veces sale más accesible que las licorerías con santamaría cerrada”, dijo a ND, en una entrevista donde detalló su proceder para adquirir las bebidas que vende de forma clandestina.
“Le compro a licorerías mayoristas; los refrescos y Gatorade los compro en abastos de chinos que son mayoristas también. Se vende por debajo de cuerda. Los ofrezco por grupo de WhatsApp, grupos de Facebook que son de mi zona y en promedio, uno ofrece las botellas, dependiendo, en 5 dólares o 6 dólares el litro, porque a los refrescos uno no le gana nada. Es como un adorno para que esté completo el combo, igual que el Gatorade. A las cervezas sí se le gana más o menos”, contó.
Reveló que compra licor por cajas, y normalmente, lo hace con expendios o personas que representan a esos locales que, ante la prohibición del gobierno chavista, intentan vender por fuera.
“Muchas de las personas que están vendiendo cajas de licor al mayor son licorerías que están cerradas. Todos necesitan producir y con la inflación, uno tiene que vivir día a día”, reflexionó.
Sobre los precios, comenta que dichas cajas oscilan entre 35 y 38 dólares, en cuanto al ron, y dependiendo de los proveedores. Además, tienen que ser pagadas estrictamente en divisas.
“En los Altos Mirandinos hay buenos proveedores independientes. Yo digo que son licorerías a puerta cerrada y como no tienen venta, lo hacen por grupos de WhatsApp. Con cuarentena, ¿cómo produces? ¿Cómo te mueves?”, insistió.
Visión del gremio
Este caso contrasta con la opinión el director de la Federación Venezolana de Licores (Fevelicor) y presidente de la Cámara de Licores del Área Metropolitana de Caracas (Calicormet), Carlos Salazar; quien asegura que precisamente la venta ilegal o clandestina se ha consolidado porque los comercios legalmente constituidos están cerrados desde hace más de 200 días. A su juicio, esa situación puede derivar en un tema aún peor que la pandemia: un problema de salud pública.
“En la medida que nosotros estamos cerrados se sigue consolidando el comercio ilícito y las bebidas adulteradas, que en los últimos tres años ha generado una cantidad de víctimas mortales considerable para la población. Las bebidas adulteradas perjudican a tu salud. Tú como Estado debieras estar invirtiendo en el tema de la pandemia, y vas a tener que invertir en el tema de la salud pública por el caso de las bebidas adulteradas. Esto va más allá de la situación de los trabajadores, que necesitan trabajar para garantizar la estabilidad en sus familias”, comentó.
Consultado por ND para conocer su postura, Salazar enfatizó que, en efecto, los que comercian licores clandestinamente los adquieren “por debajo de cuerda”.
“No sabemos exactamente cómo lo pueden estar consiguiendo, no te podría dar una información veraz. Lo que podemos decir es que está en el mercado, hay producto y hay venta clandestina”, dijo.
Apuntó que ese comercio ilícito se podría contrarrestar con los negocios legalmente constituidos trabajando. Además, dice, pueden garantizar “los sueldos de los trabajadores de esta actividad comercial y se puede garantizar los alimentos de nuestras respectivas familias”, y por tal razón, pide que el gremio sea incluido en el 7+7 del Ejecutivo de Maduro.
Pero Alejandro opina lo contrario, pues afirma que hay vendedores independientes que ofrecen el licor a mejor precio.
“Eso no desaparecería si activan las licorerías porque hay quienes venden a mejor precio que el mismo comercio y eso no da mucho dinero. Eso da para sobrevivir. A una caja le ganas promedio entre cinco a 10 dólares, si la vendes completa; y al detal de 15 a 20 dólares”, explicó.
De hecho, asomó que varias licorerías reconocidas de Caracas están revendiendo su mercancía y que muchas se abren cuentas alternas en las redes sociales para poder concretar sus negocios.
Por tanto, exaltó: “Ese reclamo me parece absurdo porque mucha gente se está bandeando con eso, no es el rubro de mucha gente, pero ahorita las cosas no se mueven. Tienes que matar tigres por ahí, como dicen coloquialmente. Tienes un negocio y no facturas, ¿cómo te mantienes? No hay subsidio por parte de nadie”.
Necesitamos trabajar
Salazar, el director de la Fevelicor, fue enfático al señalar que el sector de los licoreros necesita trabajar. Afirma que en la gran mayoría “dependemos de los ingresos de nuestros negocio”.
“Dependemos de una situación adversa del país. Nadie estaba preparado para esto. Tenemos el hecho de que estamos en una situación de hiperinflación también, la disminución del poder adquisitivo, y necesitamos trabajar. Es un tema nacional también”, indicó.
Incluso a horario limitado, señala Salazar, “porque comprendemos la situación y las condiciones de una reapertura en estas circunstancias. Estamos enfocados en darle enseñanza al usuario en torno a la prevención que es lo más importante, es lo que hacemos nosotros”.
Afirma que son parte de la solución al tema de la pandemia porque pueden contribuir a hacer llegar los mensajes que terminen con la diseminación del coronavirus en Venezuela.
“Si tú permites que el comercio legal esté abierto, vas a tener un grupo aliado para que la educación y la prevención en físico se dé, hablando con las personas, porque es un trabajo en equipo, porque se tiene que conjugar lo público con lo privado y es una práctica para que tengamos la responsabilidad de contribuir para diseminar el virus”, señaló.
Trámites y peticiones
Como representante del gremio, Salazar dijo que se han elevado las peticiones ante los organismos y autoridades chavistas para poder trabajar. “Hay cosas que se están canalizando”, adelantó.
“Eso se hizo en Vargas, hay estados que están trabajando y aspiramos que se vayan reestructurando. Las dos zonas o partes, Miranda y Libertador, han sido los más complicados. Hay relaciones con el gobierno”, señaló, sin brindar mayores detalles.
Por tanto, recalcó: “Estamos preparados y listos para la reapertura, pero necesitamos el visto bueno”.