El único país…
Venezuela es el único país donde quienes poseen el control del Estado no se han preocupado, ni ocupado, por dotar a los hospitales en medio de la pandemia. Es el único país donde se han abandonado por completo a los médicos y enfermeras en su lucha diaria contra el Covid-19.
Caracas, y puntualmente el Ministerio de la Salud, no ha equipado a los hospitales con equipos de bioseguridad; hasta el sol de hoy quienes poseen la administración de los dineros públicos no han entregado a los médicos trajes de protección, tapabocas, mascarillas, caretas, ni siquiera de implementos tan básicos como el agua y el jabón.
Mientras naciones centroamericanas, como es el caso de El Salvador, han logrado levantar hospitales completamente nuevos — algunos solamente para atender pacientes con Coronavirus — aquí no han movido ni un dedo para optimizar la red hospitalaria ni ambulatoria.
Mientras diversas naciones de América Latina, Europa, Asia y hasta África hacen lo imposible para proteger a sus héroes de batas blancas, aquí se abandonan a los galenos a la buena de Dios, mientras que Miraflores sigue empeñada en regalarle a Cuba lo poco que nos queda.
En distintas repúblicas se elogian los sacrificios de los profesionales de la salud, aquí en los últimos meses se han encarcelados a médicos por decir las verdades de los índices de la pandemia, se han amenazado a los dirigentes gremiales y se han vilipendiado la loable labor de los salvadores de vidas de este país.
Somos el único país del mundo que desecha a sus profesionales, altamente capacitados en la rama de salud y sanidad, para apoyarse en médicos cubanos de dudosa capacidad y formación; somos el único país del mundo que no invierte en la vida de los venezolanos, pero sí gasta millones en sus estrategias políticas de permanencia en el poder.
Aquí se olvidaron — hace muchos años atrás — de los hospitales, y de toda la estructura de salud, hasta los Barrios Adentro forman parte del pasado. Y es por ello, que cuando llegamos a la Gobernación de Anzoátegui, en medio de una crisis aguda de salud debido a la epidemia del paludismo, optamos por centrarnos en la tarea de salvar vidas, y es por tal motivo que llevamos meses enfrentando al Covid-19 con todas nuestras fuerzas y con los pocos recursos con los cuales contamos.
Y es que, en Miraflores no le basta con no hacer nada, sino que además están centrados en evitar que los demás hagamos algo. Es por ello que llevan todo nuestro período obstaculizando nuestra gestión, asfixiándonos presupuestaria y financieramente, para así impedir que hagamos lo que ellos no pudieron o no quisieron hacer.
Sin embargo, no han podido detenernos. Seguimos, por encima de las limitaciones y restricciones, cumpliendo con los anzoatiguenses, demostrando que mientras exista vocación, voluntad y convicción podremos hacer las cosas bien y en favor de la gente.
Y mientras Miraflores se afana en seguir siendo el único gobierno del mundo que despiadadamente emplea la pandemia como una especie de arma de presión psicológica y biológica en contra su propio pueblo, nosotros seguimos en movimiento rehabilitando y rescatando hospitales y ambulatorios, dotando de equipos y realizando jornadas de desinfección.
Nada ni nadie nos detiene, estamos en movimiento por la salud de Anzoátegui.