¡Bravo por las fugas!
Apenas diferenciamos un bolero de un joropo. Por ello este artículo no es sobre las fugas musicales y mucho menos sobre las de Bach, aunque en ellas da la impresión de que hay unas voces perseguidas y otras que persiguen. La historia de la humanidad narra muchas fugas famosas. Quizá la más traumática fue la de la bella Helena, que decidió irse con Paris a escondidas de su esposo Menelao. Allí ardió Troya. Otra fuga célebre que despertaba nuestro interés de adolescente fue la del Conde de Montecristo, quien burló a sus carceleros para consumar una venganza justificada.
En esta tierra que una vez fue de Gracia, la pequeña historia reciente refiere muchos casos de fugas de presos políticos. En 1951, durante la dictadura de Pérez Jiménez, un comando logró rescatar del Puesto de Emergencia de Salas al líder de la resistencia acción democratista Alberto Carnevali, quien estaba custodiado por agentes de la Seguridad Nacional.
En la etapa democrática iniciada en 1958, hubo varios alzamientos militares y frentes de la guerrilla castro comunista. Como consecuencia, numerosos civiles y militares fueron capturados, sentenciados y encarcelados. A continuación mencionamos algunos casos de presos que lograron escapar. En 1961, el teniente coronel Moncada Vidal y otros seis oficiales que eran trasladados de Puerto Cabello a Caracas, dominaron a sus custodios y desviaron el avión a Curazao. En 1962, se escaparon del Hospital Militar el médico Rodolfo Hernández Miliani, el mayor Manuel Azuaje y otros. En 1963, Teodoro Petkoff se fugó mediante una cuerda desde el Hospital Militar. En ese mismo año, el capitán de corbeta Jesús T. Molina Villegas, Fabricio Ojeda y Luben Petkoff se escaparon de la cárcel de Trujillo y en diciembre Manuel Azuaje, el capitán de fragata Pedro Medina Silva, Germán Lairet y Gastón Carvallo se fugaron de la isla del Burro. En 1967, Teodoro Petkoff, Pompeyo Márquez y Guillermo García Ponce se escaparon del cuartel San Carlos por un túnel cavado de afuera hacia adentro. En 1975 se escaparon de dicho cuartel Carlos Betancourt y otros 22 guerrilleros, mediante túnel desde adentro. Algunos de los citados fueron recapturados. Todos fueron indultados o sobreseídos por los presidentes Leoni y Caldera. Ninguno estuvo más de cinco años preso.
Durante la dictadura totalitaria de Chávez-Maduro, el doctor Pedro Carmona, quien había asumido la presidencia provisional de la república a raíz de la masacre del 11 de abril del 2002, logró escapar del apartamento que tenía por cárcel. Del presidio militar de Ramo Verde se fugaron en el 2006, Carlos Ortega, presidente de la CTV, el coronel Jesús Farías y el capitán Rafael Farías. En el 2009, Nixon Moreno salió a escondidas de la Nunciatura Apostólica, donde estaba refugiado. Recientemente, en noviembre de 2017, el Alcalde Mayor y principal dirigente del partido Alianza Bravo Pueblo, Antonio Ledezma, logró evadir a los vigilantes que custodiaban su apartamento en el que estaba preso. Iván Simonovis escapó en mayo del 2019, después de pasar 16 años preso. Todos los casos citados en este párrafo eran presos políticos que no habían cometido ningún delito.
La semana pasada Leopoldo López, principal dirigente de Voluntad Popular, tomó la iniciativa de buscar la libertad. En febrero del 2014 fue acusado de promover protestas. Voluntariamente se entregó a la Guardia Nacional rodeado de miles de caraqueños. Lo sentenciaron a trece años y nueve meses. Estuvo incomunicado en el presidio militar de Ramo Verde. El julio del 2017 le dieron cárcel por casa. Y desde el 30 de abril del 2019 se refugió en la embajada de España, siendo aceptado como huésped.
Todo preso político tiene derecho a fugarse, independientemente de que su causa sea o no válida. En el caso de la dictadura de Chávez-Maduro se justifica, aún más, porque los presos no han tenido derecho a la debida defensa y han sido imputados y sentenciados por fiscales y jueces que obedecen órdenes de Miraflores.
Históricamente, los contrarios a los carceleros siempre aplaudieron a los fugados. Lamentablemente, hoy en medio de un régimen totalitario, algunos que se dicen opositores menoscaban el valor de esos valientes que cayeron presos por luchar por la libertad de los venezolanos. Por ignorancia, por mala fe o por deseos de figurar, disparan twitters a diestra y siniestra, con hipótesis tendentes a descalificar. Desde luego que no pretendemos censurar la libertad de expresión, sino hacer un llamado a la sensatez. El enemigo es Maduro y sus palafreneros ¡Bravo por Leopoldo y por todos los presos políticos que se han fugado!
Como (había) en botica: El mayor general Ovidio Delgado Ramírez anunció a la ciudadanía que el ejército no distribuye papas porque hay escasez, pero que seguirá repartiendo leña a los venezolanos. Ante la frustración por no capturar a opositores o por la fuga de alguno, el régimen detiene a familiares, amigos y relacionados. Esta vez le tocó a la señora Nubia Campos, por el delito de llevarle la comida a Leopoldo; también al vigilante de la embajada, señor Neira ¡Qué miserables! ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!