Argentinos en pañales
A través de las redes sociales varios usuarios de origen argentino se quejaban por la fluctuación de la cotización del dólar con respecto al peso argentino. Decían algo como: «es imposible como nos devaluamos más» o, el que me causó más risa, asegurando que «solo en Argentina te acuestas con un cambio y amaneces con otro».
Señores argentinos, ustedes aún están en pañales. Recién iniciaron la prueba beta, tan solo emprendieron el camino de destrucción monetaria y financiera que ya nosotros transitamos hace aproximadamente una década atrás.
El peso argentino aún no ha vivido los golpes sufridos por el bolívar debido a las políticas economicistas del Socialismo del Siglo XXI, no han padecido los embates de las reconversiones monetarias y la destrucción total de su signo monetario.
Lo que viven en Argentina es el incipiente proceso de aniquilación financiera que ya vivimos en Venezuela; el presidente Alberto Fernández – salvando los estilos y características puntuales de cada quien – está ejecutando el mismo proceso que pulverizó al bolívar.
Muchos venezolanos que optaron emigrar a la Argentina, en esos momentos administrada por Mauricio Macri, están pensando retornar a Venezuela o buscar nuevos horizontes en otros países, debido a que el proceso de devaluación que se comienza a vivir en la tierra albiceleste no les permite ahorrar y vivir la vida que ellos buscan.
Con asombro, miedo y suma preocupación muchísimos venezolanos están observando los mismos síntomas que llevaron a la economía venezolana a colapsar; están delante de la misma enfermedad: El socialismo.
Las políticas de la Casa Rosada son las mismas que se adoptaron en Miraflores, Alberto Fernández sigue la recete de Néstor Kischner y de Cristina Fernández de Kischner, sin embargo ya no cuentan con la caja registradora de Hugo Chávez la cual siempre estaba disponible para los socialistas gauchos.
¿Por qué con Chávez no se vivió la hecatombe actual? ¿Por qué con Néstor y Cristina no se padeció lo de ahora? Sencillo, en aquellos tiempos Pdvsa daba para eso y para más, los petro-dólares venezolanos financiaban las locuras económicas y financieras de los socialistas de Venezuela, Argentina, Bolivia, Ecuador y todos los demás de América Latina.
No obstante, la bonanza cesó, el dinero se acabó y la crisis golpeó a los pueblos con toda crudeza. Y es ahora, en los tiempos de las vacas flacas que se ven las consecuencias, y a pesar de los esfuerzos de la administración de Macri, el retorno de los socialistas al poder trajo consigo el comienzo del fin para la tranquilidad de los argentinos.
Es lamentable – y lo digo de todo corazón – que veamos como más países de nuestro continente están cayendo en el mismo abismo en el cual nosotros desesperadamente y persistentemente luchamos por salir. Y hago votos para que en cada uno de los países de América Latina erradiquemos por completo al Socialismo del Siglo XXI y construyamos países sanos económica, social y políticamente.
Esto es un reto que todos debemos asumir con responsabilidad y fe. Una meta que debemos alcanzar, la de hacer realidad un Continente libre de autocracia.