Aporrea y la sociopatología del chavismo
Tengo a Aporrea, el sitio virtual del chavismo, como lectura casi diaria sobre Venezuela, además de Noticiero Digital, La Patilla y algunos otros sitios de internet. Me son útiles estas lecturas para estar informado de lo que sucede y se piensa en mi país.
Leyendo a Aporrea me mantengo enterado de lo que piensa el grupo de venezolanos que apoyó a, y colaboró con Chávez y que ahora, al constatar la ruina del país y de ser – muchos de ellos mismos – víctimas del desastre, se niegan a aceptar que la culpa pueda residir en ellos mismos y en el monstruo que han creado. Leerlos me permite comprender la magnitud del laberinto dentro del cual caminan desesperanzados quienes ven el desastre que ha causado su “revolución” y ahora tratan de ver como enfrentan el derrumbe de su utopía socialista.
¿Quiénes son esos chavistas? Allí hay de todo. Idealistas de libros marxistas debajo del brazo, zánganos oportunistas, delincuentes, acomplejados, resentidos, dependientes de las limosnas del estado najo cualquier gobierno. Los buenos chavistas están en su laberinto porque no se resignan a admitir la muerte de sus sueños y los malos chavistas también lo están porque contemplan el colapso de sus planes de dominación y ven llegar el fin de sus prebendas.
El chavismo no sabe cómo enfrentar el fracaso. No acepta, como dice la jerga criolla, “asumir su barranco”. No cesa de buscar un chivo expiatorio convincente. Las explicaciones que han urdido no se las creen ni ellos mismos. Entre ellas:
La guerra económica, el sabotaje, el bloqueo, las sanciones…
Los chavistas de honestos ideales (no tengo idea de cuántos son) desean desesperadamente seguir creyendo en alguien o algo que justifique el desastre que hizo Chávez. Por eso echan manos a las explicaciones que han ido cocinando los estrategas cubanos, expertos en tejer mitos y leyendas. Ansiosos de explicar el fracaso por causas ajenas a la “revolución” han adoptado temas que tuvieron un real significado en la Cuba castrista, tales como “guerra económica” o “bloqueo” pero que en el caso venezolano suenan artificiales. El chavismo de Aporrea busca una explicación que no sea la corrupción y la incompetencia de Hugo Chávez y su pandilla.
Por ello comenzaron a escribir acerca sobre la “guerra económica”. Quien busque en Google sobre “Aporrea y Guerra Económica” encontrará unas 234.000 entregas sobre este tema. Las primeras páginas se ven así:
Efectos y consecuencias de la guerra económica – Aporrea
Impacto de la guerra económica en Venezuela – Por … – Aporrea
Situación económica en la guerra económica – Por … – Aporrea
Guerra económica, resistencia y servicios públicos … – Aporrea
¡Ojo!: Sólo existe esta manera de vencer la guerra económica …
Guerra Económica contra la Revolución Bolivariana – Aporrea
Cosas que se han demostrado con la Guerra Económica – Por … Aporrea
La destructora guerra económica endógena en … – Aporrea
Existen centenares de artículos en Aporrea sobre este tema, no siempre bien escritos, generalmente sin sustentación, tratando de culpar a factores externos por los fracasos del régimen.
Leyéndolos encontramos que el lenguaje utilizado por los aporreadores se parece mucho al de Cipriano Castro del siglo XX, a lo del “suelo sagrado de la patria”, un discurso frecuentemente cursi.
La otra gran excusa es la de las sanciones. Allí Aporrea también tiene miles de entregas. La primera página de búsqueda luce así:
EEUU prevé endurecer aún más las sanciones … – Aporrea
Rusia cuestiona la legalidad de las sanciones de EEUU …
Sanciones de EEUU golpean a Venezuela más que … – Aporrea
EEUU anuncia sanciones contra el Presidente … – Aporrea
Estados Unidos continúa Sus Sanciones contra … – Aporrea
EEUU propone eliminar sanciones si Venezuela … – Aporrea
¿Qué pasará con Venezuela después de las … – Aporrea
Aporrea es refugio para sueños rotos y para algunos criminales en fuga
Aporrea representa hoy una verdadera mina de información para sociólogos y psiquiatras sociales. Las explicaciones que se leen en ese sitio sobre la debacle venezolana tratan de hacernos creer que todo fue culpa de los líderes democráticos del pasado o de la traición a la “revolución”, traición aparentemente llevada a cabo por algunos seres venidos de otro planeta y no por los mismos líderes del chavismo.
Por ejemplo la profesora Pasqualina Curcio dice: “Cuantificar todas y cada una de las afectaciones de la guerra que el imperialismo ha declarado al pueblo venezolano es imposible. Las agresiones que desde 1999 hemos vivido los venezolanos no solo han sido económicas, han sido también psicológicas. No hay manera de medir las secuelas del odio que la oposición antidemocrática, con una propaganda anti socialista ha sembrado, al punto de quemar vivas a personas por parecer chavistas…, hemos actualizado los cálculos que habíamos realizado en marzo de 2019.. las pérdidas que esta guerra ha ocasionado ascendían a US$ 125 mil millones. Ahora hemos calculado las correspondientes al 2019, las cuales totalizan para ese año US$ 68 mil millones”.
La señora Pasqualina olvida a las Misiones, Pdval, los bolichicos, Corpoelec, Diego Salazar Carreño, al Tuerto Andrade, Raúl Gorrín, el narcotráfico y Vladimir Padrino, entre otros, para explicare donde fueron a parar esos millones.
Otro “analista”, muy logorréico, llamado Gregorio dice: “La Guerra Económica que impulsa el Imperialismo Yanqui, la Burguesía Financiera Especulativa de Wall Street y de la City de Londres, del Narcotráfico (Colombiano, Peruano, Panameño, Mexicano, Gringo, Canadiense, Marroquí, Español, Holandés, Británico, Italiano, Español, Griego, Afgano, etc.), y de Las Repúblicas Bananeras de Europa (Albania, Alemania, Bélgica, Bulgaria, República Checa, Croacia, Dinamarca, Estonia, Eslovaquia, Eslovenia, España, Francia, Grecia,…. “.
¿Gregorio: No tienes más menudo?
Aporrea intenta levantar un muro de contención en contra del tsunami de críticas y acusaciones del mundo civilizado en contra del chavismo en función de poder. La desesperada tesis de las viudas del chavismo es que Maduro no representa al chavismo.
Pero, preguntamos ¿Quién puso a Maduro allí?
En su melancólico discurso de despedida, después de haber gastado miles de millones de dólares para reelegirse presidente – sabiendo que estaba moribundo Chávez le dijo a sus seguidores que Maduro debía su sucesor, que era su hijo predilecto. Chávez ha podido elegir a Cabello, a El Aissami, a Ramírez, a Jorge Rodríguez o a Iris Varela, pero eligió a Maduro.
No importa a quien hubiera elegido, los resultados hubieran sido similares. Quizás no tan desastrosos como los obtenidos por Maduro, pero similares, ya que el equipo era el mismo y porque ninguno de esos delincuentes tenía visión o dedicación de estadista. Lo que era común en ellos era la codicia, la ignorancia y la falta de grandeza.
Pretender disociar al chavismo de su secuela madurista es imposible
Con pocas excepciones la pandilla de Maduro es la misma pandilla de Chávez. Allí permanecen Cabello, El Aissami, los hermanos Rodríguez, los militares panzudos y podridos, Pedro Carreño, Iris Varela, Nelson Merentes, Maikel Moreno, etc. Algunos han fallecido dentro del régimen, como Darío Vivas. Unos pocos se han ido o, más apropiadamente, los han botado, como Giordani, Navarro o Ana Luisa Osorio. Estos exfuncionarios del chavismo botados por Maduro han tenido tardías dudas válidas sobre la llamada “revolución”, aunque ello no pueda eximirlos de complicidad en los crímenes chavistas de 2001 hasta 2014.
Otros, como Rafael Ramírez Carreño, han sido expulsados porque le disputaron el liderazgo a Maduro y perdieron, en pelea de hienas. Sin duda alguna, Maduro representa la continuación, más represiva, más incompetente, más vulgar y cursi, de la etapa de Hugo Chávez.
Quienes hoy tratan de desasociarse del madurismo no pueden explicar la corrupción del compinche de Hugo Chávez, el Tuerto Andrade (se robó $1.000.000.000); de los banqueros chavistas; de los bolichicos; de Wilmer Ruperti; del Banco Central; de la familia Chávez; de los relojes de $50.000; de la diarrea de fraudes de Pdvsa bajo Ramírez Carreño; de la debacle de la CVG, del crimen en Corpoelec; de las Misiones llenas de corrupción, de la entrega de petróleo a Cuba, Bolivia, Argentina y Nicaragua en condiciones de regalo. Chávez fue un hampón y regaló a sus amigos, a fin de obtener lealtad política, no menos de $300.000 millones, que era dinero de los venezolanos. En ello fue ayudado por gente como Rafael Ramírez Carreño, quien predica un regreso al “chavismo originario”, después de haber dilapidado el dinero del petróleo y haber participado en el endeudamiento de Venezuela con China, Rusia, Chevron, Japón y tenedores de bonos por una cantidad que se estima en unos $150.000 millones adicionales al dinero petrolero perdido.
El grupo de ese chavismo traidor pretende separarse de su responsabilidad del desastre venezolano, pretendiendo que el chavismo y el madurismo no son lo mismo. Pretenden cubrir la podredumbre chavista con la podredumbre madurista.
Nuestra tarea ciudadana es la de evitar que esta maniobra tenga éxito. El chavismo, tanto el bueno de intenciones como el perverso, debe asumir su barranco. Al no hacerlo extiende, por terquedad y sin razón válida alguna, la agonía de un país que necesitará refundarse desde sus cimientos a fin de convertirse de nuevo en un país civilizado. Los grandes corruptos “originarios” del chavismo pretenden escudarse detrás de una pretendida diferencia ideológica entre el chavismo y el madurismo para evadir sus crímenes.
No lo lograrán.