Reuters: Un país sin ley donde la Fanb asesina a capitanes en el mar
El capitán Jaime Herrera fue asesinado delante de 8 de sus compañeros. Los responsables se robaron miles de dólares, tras saquear el camarote, reportó Reuters. Las investigaciones revelaron que militares, policías y altos funcionarios del gobiernos han sido cómplices de incidentes que han sacudido las aguas venezolanas en los últimos años.
Tras los hechos del 23 de febrero, 3 marineros de la Armada y 4 soldados de la GNB fueron detenidos por estar involucrados en crimen. Algunos de los arrestados habían pasado tiempo a bordo del petrolero en las semanas previas al crimen, según seis miembros de la tripulación que detallaron el episodio a Reuters.
«Las pandillas y los grupos paramilitares dirigen gran parte de la economía del mercado negro de Venezuela. Ahora, miembros del sector público están involucrados en actividades que van desde el tráfico de drogas hasta los sobornos y las comisiones ilegales que engrasan las ruedas de la crucial industria petrolera de Venezuela».
Poco después de entrar en aguas venezolanas, el motor de la embarcación falló, dijeron los marineros a Reuters, lo que llevó a Herrera a pedir ayuda por radio. En lugar de asistencia, dijeron, llegaron agentes de inteligencia, abordaron el barco y robaron sus pertenencias personales. Luego, los agentes buscaron extorsionar al capitán, agregaron los marineros, amenazando con acusarlo a él y a la tripulación de contrabando de combustible, a pesar de que su bodega estaba vacía.
Cuando Herrera se negó a pagar, dijo la tripulación a Reuters, los agentes ordenaron a los militares custodiar el barco. Durante los siguientes seis meses, hasta que Herrera fue asesinado, el barco y su tripulación flotaron en un limbo legal. “La experiencia me destrozó”, dijo Bravo, el electricista. “Fue un caos total”.
Al ver el cuerpo de su capitán, la tripulación del San Ramón inmediatamente tuvo sospechas. Los asaltantes, creían, conocían bien el barco para abordar, encontrar a Herrera y marcharse sin ayuda.
Un contramaestre, que se asomó desde su cabina durante el ataque, dijo a Reuters que vio a hombres enmascarados con botas militares negras idénticas a las que llevaban las tropas que custodiaban el barco.