Neoyorquina cuenta su experiencia a 19 años del atentado que derrumbó las torres gemelas del WTC
El periodista Roman Lozinski durante su programa de este viernes del Circuito Éxitos recordó el atentado terrorista que derrumbó las torres gemelas del Centro Mundial de Comercio (WTC, por sus siglas en inglés) en Nueva York, el 11 de septiembre de 2001.
Cuando se cumplen 19 años de ese crítico momento en la historia reciente del hemisferio occidental, la neoyorquina Marcia Guerrero, organizadora de eventos corporativos, quien para ese momento organizaba un seminario para un banco, contó su experiencia.
«Cuando comenzaba la reunión, entonces inició un tumulto de voces, de teléfonos sonando, y allí fue donde recibimos la noticia de que el avión había impactado a la torre. Todos nos regresamos a la oficina, ubicada en el medio Manhattan a la altura de la calle 57, frente al Carnegie Hall. Subimos al piso 48 y de ahí podíamos ver los humos que salían de la torre A y hasta vimos derrumbar la segunda torre», explicó Guerrero a Lozinski.
«En ese momento ya serían como las 9 y 30 de la mañana. Todos nos fuimos y yo tuve la suerte de que podía caminar hasta mi casa, mientras que mucha gente estaba varada y tuvieron que coger refugio con amistades a esperar que los autobuses salieran para diferentes zonas de Nueva York», agregó.
Para Guerrero una de las cosas que más la impactó era lo «precioso» que había amanecido el cielo ese día.
«Lo impactante de todo esto es que el día anterior había caído tal aguacero, que el cielo estaba totalmente despejado, no había ni una sola nube era un precioso día; y esa es la memoria más impactante que tengo de ese día», reiteró.
Asimismo, narró los momentos de tensión que vivió antes de conocer el paradero de su hijo, quien generalmente a esa hora se trasladaba de su trabajo hasta Manhattan, pasando muy cerca de la zona cero (sitio donde ocurrió la tragedia).
«Para mi era muy personal porque mi hijo trabajaba de noche en Long Island City y salía justamente a eso de las 8 de la mañana para tomar el subway (tren subterraneo) hacia Wall Street. Entonces yo estaba ‘Dios mío a mi hijo que le habrá pasado’ hasta que logré llamar a su apartamento y el estaba allí; ya que había decidido no ir a trabajar ese día, porque tenía un concierto de rock en algún sitio. Para mi fue una bendición saber que estaba bien, pero me paso por la mente que quizá él estaba saliendo del trabajo a esa misma hora», puntualizó.
Por su parte, Boris Muñoz, cronista venezolano y editor de la sección de opinión del New York Times en español, quien estudiaba en la localidad de Bruswick, a unos 50 minutos de Manhattan; recordó que la ciudad quedó aislada porque sus accesos fueron cerrados, por lo que tuvo que esperar dos días para visitar la zona.
«Empecé una caminata muy larga hasta la zona cero, y fui viendo lo que estaba pasando la ciudad se había vuelto una ciudad fantasma. Estaba desierta y daba una sensación bastante extraña, sobrecogedora y estaba el espíritu de la muerte muy presente, tanto en la desolación como en los avisos que había de personas desaparecidas», expresó mediante un contacto telefónico con Lozinski.
«Por todos lados la ciudad estaba empapelada con esos flyers. Por otra parte, a medida que te acercabas a la zona cero la ciudad se iba oscureciendo cada vez más porque había una nube de escombros muy fuerte e ibas sintiendo un olor muy acre, ácido, que era el olor de la descomposición, por un lado de todos los materiales y gases que habían en el ambiente y eso era muy pegajoso», añadió.
Por último, aseguró que este acontecimiento «marco una época», y puso como ejemplo la situación actual, con la pandemia del coronavirus que está marcando a las personas en este 2020.