Los últimos días del presente
Muchos dijeron sorprenderse con el fin del gomezato. Menos López Contreras que probó con una oposición que fuese leal al sistema en ciernes.
Fue paciente con el cuestionamiento de Caldera y Lara Peña respecto al Tratado Limítrofe de 1941. E impaciente y contundente con los muchachos del ’28 que no tardaron en madurar.
Con Gómez quedó aniquilada la élite política del disenso. Pero hubo otra que emergió al disponer de un pensamiento orgánico pendiente de materializar (no fueron casuales Picón-Salas ni Briceño Iragorry ante los Laureano Vallenilla Lanz).
El socialismo jura haber arrasado con toda reflexión organizada en el XXI. Sólo aparentemente estamos huérfanos de un modelo de sociedad y de una estrategia de desarrollo alternativos.
La quiebra de hoy es la de una élite política que cederá el espacio a otra que nos devuelva al siglo que cursa. Es el conflicto de fondo en torno a los últimos días del presente.