Informe del espía estadounidense sobre las refinerías Cardón-Amuay
Este fragmento de documento de alta confidencialidad me llegó a las manos anoche. Es parte de un informe de mayor extensión que fuera abandonado por el espía estadounidense capturado, quién – según Maduro – llegó a Paraguaná con intención de “planificar la invasión del imperialismo norteamericano al sagrado suelo de la patria de Chávez y Bolívar”. Informó Maduro que el espía, de nombre John Heat (Juan Calor), ya está siendo interrogado por expertos cubanos.
El documento que me llegó a las manos dice así (traducción de Delcy Rodríguez, nueva titular del Ministerio Popular para Traducciones):
“…… gué a la costa de Paraguaná a las 19:30 horas del miércoles y fui recibido por Salazar 2, hermano de nuestro agente en Margarita, Salazar 1. En su choza de Cocodite me habían preparado una sopa de tortuga, la cual me permitió recuperar fuerzas para seguir mi viaje hacia Cardón. En la nochecita pasamos por la importante población de Santa Ana y nos dirigimos hacia el oeste dejando atrás las instalaciones de la universidad bolivariana de Moruy, institución en la cual han obtenido postgrados destacados líderes de la revolución, entre ellos Pedro Carreño, quien tiene un MBA en Sobreprecios, e Iris Varela, quien hizo allí su Maestría en Psicopatologías del Pran.
La refinería de Cardón se encuentra cercana a Punto Fijo y es bastante grande, pero – según mis observaciones preliminares – más chiquita que la de Amuay. He podido averiguar, después de muchos esfuerzos y con carácter de exclusividad, que esta refinería fue construida por la compañía holandesa Shell en los años 40 y luego de la nacionalización en 1976 pasó a ser operada por la empresa Pdvsa.
Hasta 1999 esta refinería estuvo operando normalmente pero a partir de esa fecha, bajo el chavismo, inició un descenso operativo que la ha llevado a una parálisis total debido a la ineptitud de la alta gerencia de la empresa, ahora dirigida por un acusado de narcotráfico.
Por lo que puedo observar desde lejitos aquí ya no hay nada que sabotear, nada que dañar, puesto que todo está dañado. Las tuberías de la refinería están llenas de sardinas juguetonas, no de productos refinados. El agente Salazar me dice que los trabajadores pasan el día jugando a las cartas porque ya no hay nada que hacer. Total, no pueden ser castigados porque hace algún tiempo que no les pagan.
Jefe: mi conclusión preliminar es que estamos perdiendo el tiempo aquí.
Me trasladé de inmediato a Amuay, una cantidad de plantas grandotas patrulladas por guardias nacionales que bostezan incesantemente por hambre y por fastidio. Desde 2012, año en el cual la refinería sufrió una trágica explosión debido a la ineptitud del gerente general, un primo del exministro apodado “El Largo”, estas plantas comenzaron a pararse hasta que se paralizaron totalmente.
Jefe: Aquí tengo la misma opinión que tuve sobre Cardón. Estaríamos pateando un caballo muerto tratando de sabotear estas plantas porque no queda nada en pie. La misma gente del sindicato revolucionario se está llevando las tuberías y el metal de los tanques para venderlo como chatarra y lograr hacerse de un dinerito.
Por lo tanto, doy por finalizada mi inspección y voy camino a la lancha que me llevará de regreso al submarino pero voy a parar en Adicora a recoger unas cinco latas de sopa de tortuga…”.
Hasta aquí el fragmento de documento que llegó a mis manos.
Según Maduro este sujeto fue apresado con grandes latas de explosivos (en realidad, contentivas de sopa de tortuga). Al ver llegar a la policía revolucionaria, Juan Calor pudo botar el documento incriminatorio cuyo fragmento llegó a mis manos.
Maduro añadió en su versión del hecho que al mercenario se le incautó un arsenal de armamento pesado sofisticado, así como otros elementos de guerra y de espionaje. Es una guerra de venganza del imperio gringo contra Venezuela para impedir que podamos producir los derivados del petróleo, entre ellos la gasolina”.
Sin embargo, como todo venezolano ya conoce, estas refinerías ya tienen meses que no producen nada.
Bueno, sí producen, muchos cuentos fantásticos como este.