¿Hemos tocado fondo?

Opinión | septiembre 29, 2020 | 6:22 am.

Hace un buen rato que tocamos fondo aunque algunos todavía esperan por más. Unos decían que bastaba el hundimiento petrolero, otros que al morir Chávez moriría el chavismo, unos más que la muerte de la gente que protestaba en la calle sería el detonante para que esto diera un rápido vuelco. Todo eso, y muchísimo más, ha pasado, es decir, todas las condiciones objetivas se han dado para el derrumbe de la dictadura. Más abajo, no podemos llegar. Luego, ¿Cuál es el problema?, ¿Qué factor adicional existe para que sigan en el poder?, estas dos interrogantes y muchas otras nos llevan a un profundo análisis desde una perspectiva política, social y económica aunque todas las respuestas partirían del mismo origen.

La naturaleza criminal del poder, que ha sido generada por una política usurpadora, contraria a todo lo que ocurrió antes en Venezuela, con sus miembros enquistados -y que ojala sean los últimos sobre la faz de la tierra-, se aferran a los privilegios conquistados. El otro problema, la propia naturaleza de la oposición dominante que, más allá de la posible contaminación, le ha faltado tanto audacia como imaginación lo cual se ha sumado a la pérdida gradual de su credibilidad. Ambas aceras, prefieren que la gente se inmole en la calle: la usurpación, para escarmentarla; y la otra cara de la usurpación, para ver si tienen un golpe de suerte que los lleve al poder.

Ese fondo nos ha llevado a vivir a diario una descomposición social y económica, consecuencia del modelo político que intentaron implantar en más de 20 años y que ha destruido el poder adquisitivo y la calidad de vida del venezolano al incluso negarnos hasta el acceso a los servicios básicos y, por tanto, vitales. A diario, por largas horas o incluso días, el venezolano vive sin servicios como la gasolina, el agua, la electricidad o el gas, en una constante voracidad provocada por la ya mencionada descomposición política, social y económica.

¿Qué no es fácil superar estos fenómenos? Por supuesto que no, pero es necesario que la oposición reorganice sus fuerzas políticas y sociales. Para ello es esencial admitir sus debilidades y acordar una sola estrategia, aunque – es importante decirlo –debe presentar una suerte de constancia de buena conducta, porque no generan confianza. Así de simple. Una vía limpia para conformar una verdadera unidad que vaya de la mano con el ciudadano; una unidad que muestre honestidad y pulcritud al andar; una unidad que supere y vaya más allá de propia crítica.

Salvando las distancias, Pérez Jiménez, antes de su caída, parecía estar en su mejor momento. Engañó al pueblo, lo traicionó con el plebiscito, tenía en sus manos a las Fuerzas Amadas, así como también poseía dinero aunque no mucho pero si suficientes fondos provenientes del petróleo. Sin embargo, en el peor momento para la oposición, hubo una Junta Patriótica conformada por dirigentes muy serios que supieron interpretar los hechos y actuar. Hoy, a sabiendas que ya hemos tocado fondo respecto a la clase política tan consustanciada con la época chavista, está anunciándose otra élite diferente quedará al traste con Maduro y compañía. La Venezuela que existe, persiste y resiste está a la espera de la unión como la única respuesta honesta, viable y futurista que señalará un nuevo norte para todos.

@freddyamarcano