El primer estaticulador
Ya esta materia la habíamos tocado antes; pero, hay que insistir en ella. Porque el usurpador nortesantandereano nos cae a cobas muy seguido. Sin embargo, antes que nada, debo aclarar el nombre tan raro que aparece en el título. El término no es un invento mío sino de Darrell Huff —el autor de un libro que ya sobrepasa el millón de ejemplares vendidos: How to Lie with Statistics— y que tuve la fortuna de tener como profesor de Estadísticas III en la Universidad de Norhwestern. Él fue quien inventó el verbo to staticulate para caracterizar eso que surge cuando se mezclan las estadísticas con las especulaciones. Y que yo me he tomado la libertad de traducir como “estaticular”.
Huff comienza citando a Disraeli: “Hay tres clases de mentiras: simples mentiras, malditas mentiras y estadísticas”. Y sigue explicando, a lo largo de todo el libro, cómo se puede evitar que lo enreden a uno por medio de gráficos y tablas que nos muestren. Hoy cae como de perlas para impedir que el ocañero nos entrampe con sus añagazas e inexactitudes.
La más reciente es eso de que, como “tenemos el cuarto rebaño bovino de Suramérica” ya que contamos con “más de 16 millones de reses”, de las cuales “un tercio son machos”, y como las vacas paren más de 3,5 millones de becerros cada año, podemos convertirnos en exportadores de ganado. ¡Ya va, ya va! Muchas mentiras juntas. O, mejor, muchas medias verdades juntas —y ya sabemos que las medias verdades son como los medios ladrillos: cuando se lanzan se llega más lejos.
Es cierto que somos el cuarto, pregúntenle a míster Google o al señor Wikipedia. Más cabezas de ganado, en números absolutos tienen Brasil, Argentina y Colombia. Nos siguen, Paraguay con 13 millones y Uruguay, con 12 millones. Pero los charrúas no llegan a los 3,5 millones de habitantes. Vale decir que, mientras hay 3,5 reses por uruguayo —y por eso son exportadores serios y confiables de carne y lácteos—, en esta sufrida patria no llega ni a media res por cráneo humano. Y eso de que los partos pasan de los 3,5 es otra falacia porque no discrimina entre machos y hembras, siendo que estas van al matadero solo cuando están viejas y ya son estériles.
En fin, que para seguir obteniendo dólares como sea, siguen expoliando a la nación y ahora mandan al exterior (unas noticias dicen que a Irak, otras que al Irán de sus amores) una carne que hace falta aquí. Con el añadido de que, por aquello de la “ley de la oferta y la demanda”, ahora la poca que quede será más cara aún. Dicen por ahí que se la están pagando a los productores, sin ver, a menos de un dólar por kilo en pie, y que en el lugar de destino vale más de diez. ¿Redondo el negocio, no Nicky? ¿Veremos los proventos entrar en el Tesoro Nacional? ¿Muy difícil!
Otro embeleco del tipo era que teníamos más de mil camas de terapia intensiva con respiradores. La verdad verdaíta es que, en toda Venezuela, sumando los respiradores del sector público más las clínicas privadas, no llegamos a ciento cincuenta. Pero eso no importa, porque Platanote pasó un decreto autorizando al virus para infectar una semana sí y una semana no. Con lo que se reduce a la mitad la morbilidad viral en Venezuela. A quien inventó eso de los 7 x 7 le quedó la cabeza echando humo…
Atiborra a la gente más sencilla de mente con números crudos. Sin elaborar. Otro gallo cantaría si se tratara de comparar números índice. Pero, como lo que está de moda en la política es la “posverdad” —distorsionar deliberadamente la realidad con mentiras— nadie está inmune a estas avalanchas de embustes. Especialmente en épocas de crisis o en tiempos de votaciones. Que aquí se juntaron: la crisis del bicho chino con unas “elecciones” aliñadas, prêt-à-porter, para que ganen solo los rojos, sus cómplices y los aprovechadores del río revuelto.
Retomando lo dicho en los primeros párrafos, para que la gripe no nos agarre sin pañuelo y estemos prevenidos, reedito algunos consejos que ya expliqué por aquí hace algunos años.
Primero, uno debe preguntarse: ¿Quién lo dice? Porque una cosa es cuando gobiernos serios, como los de Alemania o Suiza informan acerca de las cifras de contagiados y muertos por el coronavirus, y otra muy distinta es cuando las comunica Delcy Eloína, declarando que en Venezuela no hay sino una ñinguitica de infectados. Y eso, porque los pérfidos de Duque, Trump y Bolsonaro, asesorados por Almagro, mandaron de regreso al país a unos venezolanos que contaminaron ex profeso para tratar de acabar con la robolución.
La siguiente interrogante es: ¿Cómo lo supo? Si un encuestador le pregunta a los “médicos integrales” y a los “médicos” cubanos si están preparados y capacitados para combatir el morbo y ganarle, más de dos tercios contestarán afirmativamente. Pero por dentro saben que, si dicen otra cosa los siquitrillan. Por otro lado, si alguien identificado con carné de la patria y reconocido como dirigente de la junta comunal llega a una casa del barrio y pregunta quiénes van a votar en diciembre, y por qué partido, bien gafos serán los que contesten con la verdad, porque saben que la bolsa CLAP —que ya tiene tiempo llegando falla y muy distanciada de la anterior— muy difícilmente les llegará al mes siguiente.
Después, hay que preguntarse: ¿falta alguna información? Pero eso ya lo aclaramos en el tercer párrafo y los dos que le siguen. El avispado cucuteño es una fiera en eso de convertir guarismos en maneras de no decir la verdad.
Por último, hay que hacer la prueba del ácido: ¿Tiene sentido lo que dice? Nada de lo que sale de las bocas de la nomenklatura puede ser creído. Especialmente si lo declaran el mofletudo usurpador, los hermanitos siniestros o el turquito que propicia las acciones de Hezbollah desde Carmelitas.
En todo caso, recordar aquella cuña de la vieja televisión: “¡Guillo, que hay mucho pillo!”…