Venezuela bajo el hambre en la dictadura gomecista (final)
La dictadura gomecista negaba ante la prensa extranjera (no existía prensa libre en Venezuela) la existencia de presos políticos a quienes llamaba delincuentes, enjuiciados y condenados por sus delitos, aplicando las leyes venezolanas con autonomía e independencia.
Sin embargo, era un hecho notorio que los jueces gomecistas eran amanuenses, títeres o marionetas del dictador y que la mayoría de los presos políticos no eran sometidos a juicio. Eran secuestrados, presos a las órdenes de los funcionarios policiales o militares gomecistas, sujetos todos a la voluntad de Gómez.
En un acto público celebrado en 1929 en Nueva York, Estados Unidos, por la Unión Cívica Venezolana, organización de opositores antigomecistas en el exilio, se leyó un documento titulado: “Gómez ante el Tribunal de los Muertos. El Tirano desmentido por sus víctimas”.
Fue una denuncia pública contra la criminal dictadura de Gómez, quien tenía ya 21 años tiranizando a Venezuela, encarcelando, torturando y matando hasta de hambre, a los venezolanos que pedían libertad y democracia.
En dicho documento, reproducido en las páginas 241-247 de la obra “Oposición a la Dictadura Gomecista. La Prensa Clandestina y Otros Documentos” (Volumen 11 de la Colección “Pensamiento Político Venezolano del Siglo XX. Documentos para su estudio”, Edición del Congreso de la República, Caracas, 1983), se denunció lo siguiente:
“…De las tumbas se levantarán esos muertos para acusar a Juan Vicente Gómez ante el mundo, y más de 1.800 ciudadanos que escaparon milagrosamente de las garras del tirano, viven y están prestos para firmar ante los jueces, con su testimonio irrecusable, la acusación de los muertos. El Ministro de Venezuela en Washington puede decir ahora que no hay en Venezuela autoridad que condene a muerte a los venezolanos ni autoridad que ejecute la sentencia. Juan Vicente Gómez puede repetir que no ha levantado patíbulos, pero en el mundo entero sabrán que uno y otro mienten cínicamente y que los desmienten con un grito de maldición desde sus tumbas los siguientes muertos: En La Rotunda, Pablo Báez, murió de hambre en 1915, calabozo 44; Juan Figueroa, murió de hambre en 1915, calabozo 48; Felipe Gil, murió de hambre en 1915, calabozo 22; Emilio Barreto, murió de hambre en 1915, calabozo 18;… Pedro Bastardo, murió de hambre en 1917, calabozo 15;… Silva Gómez, murió de hambre en 1917, calabozo 18; Claro Juan Campos, murió de hambre en 1917, calabozo 15; Lorenzo Osse, murió de hambre en 1917, calabozo 3;… General Rufo Nieves, murió de hambre en 1918, calabozo 18; General Jesús Flores, murió de hambre en 1918, calabozo 25;… Ramón Portillo, murió de hambre en 1918, calabozo 23;…Emilio Merchán, murió de hambre en 1918, calabozo 10;…Subteniente Domingo Mujica, murió de hambre en 1919, calabozo 35; Luis Aranguren, murió de hambre y veneno en 1919, calabozo 38; Subteniente M. Caricote, murió de hambre en 1919, calabozo 15; Teniente Jorge Ramírez, murió de hambre y veneno en 1919, calabozo 35; Subteniente José Agustín Badaraco, murió de hambre y veneno en 1919, calabozo 31; Subteniente Cristóbal Parra Entrena, murió de hambre y veneno en 1919, calabozo 36; Roberto González, murió de hambre en 1920, calabozo 47;… Adolfo Mejías, murió de hambre en 1920, calabozo 47; Teniente Julio Hernández, murió de hambre y veneno en 1920, calabozo 33;… Juan Bautista García, murió de hambre en 1921, calabozo 30;…
Estos son sólo los condenados a muerte y ejecutados en La Rotunda de Caracas… Los castillos de Puerto Cabello y Maracaibo, los cuarteles nacionales, han sido teatros de numerosos crímenes semejantes.
Las carreteras públicas se han hecho con sangre de los venezolanos… encarcelados por causas políticas: se les lleva a trabajar y allí, a fuerza de palos, hambre y trabajos excesivos, murieron más de tres mil…”.
Tales crímenes sufrió Venezuela y los venezolanos hace un siglo, en la dictadura del general Gómez, entreguista de las riquezas nacionales a empresas extranjeras y jefe de bellacos y gamonales, de saqueadores del Tesoro Público, de esbirros, torturadores y asesinos.