UE anuncia que revisará sus relaciones con Bielorrusia y se plantea imponer sanciones
La Unión Europea (UE) anunció hoy que revisará sus relaciones con Bielorrusia y evaluará la respuesta de sus autoridades a los comicios del domingo, al tiempo que advirtió de que esto puede acarrear sanciones contra los responsables de violencia y falsificación de resultados electorales.
En un comunicado, el alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, señaló en nombre de todos los Estados miembros que el club comunitario «llevará a cabo una revisión en profundidad de sus relaciones con Bielorrusia».
«Esto puede incluir, entre otras cosas, tomar medidas contra los responsables de la violencia observada, las detenciones injustificadas y la falsificación de resultados electorales», advirtió la UE.
La declaración europea lamenta que, después de que el pueblo bielorruso «haya demostrado su deseo por el cambio democrático», las elecciones no hayan sido «ni libres ni justas» y las autoridades estatales hayan exhibido «una violencia desproporcionada e inaceptable».
«Además, informes creíbles de observadores domésticos muestran que el proceso electoral no cumple con los estándares internacionales esperados de un país que participa en la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE)», añade.
La UE destaca que su relación con Bielorrusia había mejorado desde la puesta en libertad de presos políticos en 2015, pero alertó de que estos vínculos «solo pueden empeorar» si no hay progreso en áreas como los derechos humanos o el Estado de derecho.
Más de 2.000 personas han sido detenidas en Bielorrusia durante la segunda jornada de protestas contra los resultados de las elecciones presidenciales del 9 de agosto que otorgan una amplia victoria al actual mandatario del país, Alexandr Lukashenko.
La principal rival de Lukashenko, Svetlana Tijanóvskaya, quien impugnó ayer los resultados de los comicios, se refugió hoy en Lituania.
Según su entorno, la candidata fue obligada por las autoridades bielorrusas a abandonar el país y «no tenía opción». EFE