Tercos y traficantes de la política
La situación crítica en que vive la mayor parte de nuestra población obliga a unir fuerzas para salir del régimen que hundió la economía, destruyó la infraestructura y los servicios básicos, entregó nuestra soberanía y aniquiló todos nuestros derechos. La unidad requerida no se ha logrado, entre otras cosas, por la presencia de tercos y de traficantes de la política. Señalarlos no es grato, pero es un deber.
Tercos son quienes, a pesar de ser valientes luchadores por la democracia y sin duda opositores al régimen, buscan cualquier palabra de más o de menos para no firmar documentos, ni aprobar acuerdos de la Asamblea Nacional en los que coinciden los demás partidos de oposición.
Los tercos dicen apoyar al presidente (e) Guaidó, pero frecuentemente intentan serrucharle el piso, reclamando que olvidó la promesa de poner fin a la usurpación. Curiosamente, no informan cómo lograrlo, salvo una insistencia tipo muchacho malcriado que reclama un juguete. Están al tanto de las diligencias para intentar convencer al mundo del peligro que representa el régimen de Maduro. Diligencias que han dado muchos resultados positivos, pero que han puesto en evidencia que ningún gobierno quiere enviar una fuerza militar para resolver nuestros problemas y que incluso muchos están renuentes en aplicar sanciones económicas.
A veces mencionan que no se retratan en conjunto ni firman acuerdos por considerar que en ese grupo hay quienes propician la cohabitación e incluso corruptos. Sin embargo no señalan nombres ni aportan pruebas. Censuran que se hayan producido diálogos en el exterior, pero callan que nuestros representantes mantuvieron una posición firme que permitió que el mundo se percatara de que el régimen no quiere realizar elecciones transparentes, ni entregar el poder por las buenas.
Los tercos obstaculizan la unidad. Entre ellos hay ciudadanos con méritos. Hay quienes piensan que no son tercos, sino mezquinos. No en la acepción antigua de ciudadano de segunda que utiliza Andrea de Barberino en su novela El Guarino mezquino. Tampoco la de tacaños, sino en el sentido de que les falta generosidad y nobleza de espíritu, que también recoge la Academia de la Lengua. Ojalá rectifiquen y entiendan que están engañando a sus seguidores al querer montar tienda aparte en base a prédicas que la mayoría considera inviables. Su tiempo puede que sea en un futuro, pero dependerá de su actuación responsable en el presente.
El grupo de traficantes de la política está claramente identificado. Para sobrevivir política y económicamente requieren dádivas y prebendas del régimen. Incluye a los integrantes de la nanomesa y a uno que otro realengo. Tienen muy pocos militantes, pero aspiran les regalen unos cuantos diputados en la farsa electoral de diciembre. Por ello Henri Falcón declaró que está contento por el nombramiento de su compañero de partido Leonardo Morales como rector del CNE, y Enrique Ochoa Antich acepta que tal vez no se gane, pero hay que tener representación en el Parlamento. Desde luego esa representación no será de los demócratas, sino del régimen.
Lograr salir de Maduro y de sus acólitos no parece ser como el caso del Magnentius, el emperador usurpador que al verse perdido se suicidó un día como hoy en el año 353. Tampoco por la vía de la farsa electoral de diciembre. Solo pareciera posible que mediante mayores sanciones económicas y personales, así como presión de calle, el usurpador acepte realizar elecciones libres o acuerde renunciar para que se constituya un gobierno de transición, quizá no como quisiéramos, sino como sea posible. Seguimos apoyando al presidente (e) Guidó porque es quien tiene mayor apoyo popular en Venezuela e internacional, además de su perseverancia en la lucha y sin ningún lastre del pasado.
Como (había) en botica: Luis Pacheco, presidente de Pdvsa ad hoc, presentó ante los diputados de nuestra Asamblea Nacional, periodistas y público interesado, el informe sobre Citgo, empresa que fue endeudada indebidamente por Maduro, señalando las acciones para evitar que caiga en manos de los acreedores, así como los resultados operacionales y financieros. Cabe recordar que el último informe de la Pdvsa roja es del 2016.
En estos días nos dejaron dos damas luchadoras en contra de la tiranía. Mi querida y distinguida amiga Aurelena Merchán, quien estuvo presa y exiliada a raíz del asesinato de su esposo Leonardo Ruiz Pineda por la dictadura de Pérez Jiménez. Posteriormente se casó con Alejandro Ferrer, también exiliado. A sus 93 años estaba pendiente de las noticias de Venezuela y deseosa de ver el fin del régimen. Doña Blanca Rodríguez, ex primera dama, realizó una gran labor social, soportó el exilio con entereza y se comportó valientemente cuando atacaron la Casona el 4 de febrero.
Bernabé Gutiérrez es responsable del asalto de paramilitares rojos a sedes de AD. Libertad para Rubén González, Nicmer Evans, Requesens, Caro, Renzo y otros presos políticos. Solidaridad con el expresidente Álvaro Uribe ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!