Realidades, números y el futuro

Opinión | agosto 2, 2020 | 6:10 am.

Venezuela va camino a un futuro incierto que dificulta superar las elevadas limitantes que como camisa de fuerza nos impide surgir hacia delante. Esto a pesar de ser un país dotado de grandes recursos naturales y con elevados niveles educativos de sus habitantes en lo profesional, capacidades técnicas y voluntad para sostener sus actividades en dificultades.

Los números corroboran las dificultades para resolver nuestras más elementales necesidades del día a día. Se evidencia cuando se desea adquirir cualquier alimento, medicina, repuestos para el vehículo, comprar o reparar algunos de los electrodoméstico de uso familiar, adquirir ropa, zapatos o tener que obtener servicios médicos, etc. Cualquiera de esas necesidades se nos convierte en un reto cuando no disponemos de los recursos necesarios para adquirirlos.

Las estadísticas que llevan las empresas especializadas en análisis de consumo nos indican que el 75% de las familias dedican en promedio el 80% de sus ingresos familiares a la adquisición de alimentos, quedando muy pocos recursos disponibles para cualquiera otra de nuestras necesidades o de alguna contingencia.

Los números también nos indican la pérdida del poder adquisitivo de los últimos tres años con la reducción entre un 50% y 60% nuestra capacidad de consumo. En ingreso per cápita hemos pasado de estar dentro de los primeros 50 países del mundo a quedar ubicados actualmente en los últimos cuarenta. Las diferencias más preocupantes se observan en los niveles de ingresos familiares que al compararlo de acuerdo al valor actual del dólar coloca al 80% de las familias con ingresos mensuales menores a 50$ al mes, el tercero más bajo del continente Americano.

Y las desmejoras no se detienen. Los anuncios efectuados para lograr cambios de rumbo no se han concretado salvo el permitir la libre flotación del bolívar con la flexibilización de los precios ya que los productos importados se adquieren en dólares – permitiendo una mayor oferta.

Tenemos una producción nacional entrabada y sin posibilidades de recuperación. Los voceros oficiales insisten en que la situación se agrava como resultado de las sanciones aplicadas que han impedido la venta de petróleo y el congelamiento de los recursos depositados en bancos internacionales o la pérdida de control de empresas estratégicas como Monómeros y Citgo, lo que ha reducido sustancialmente los ingresos en dólares y limitan la compra de productos esenciales en otros países. La excusa perfecta.

Las actividades productivas se ha reducido con la aplicación del modelo estatista que propició la toma de empresas y tierras privadas que antes eran centros de producción y contribuían con el 75% de la producción agropecuaria para el consumo nacional y un 60% del total de la producción industrial de la cual parte se exportaba. Hoy está a la vista la situación en que se encuentran a pesar de haberse realizado en ellas inversiones cercanas a los 200 mil millones de dólares, siendo los aportes al sector eléctrico y la misión Agrovenezuela a los que se les otorgaron los mayores porcentajes superando ambas los 120.000 mil millones de dólares.

Las crecientes limitaciones y las desmejoras en calidad de vida lo podemos observar en las constantes protestas que se realizan a lo largo y ancho del país. Se necesitan lograr acuerdos. Las limitantes que nos afectan obligan a ello y la casi totalidad de los venezolanos lo solicitamos.

Presidente

Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución