Oposición puede ganar elecciones parlamentarias
Si los partidos de la oposición no desafiante, mejor conocida como La Mesita, se unen con los partidos del G4 judicializado, o sea, VP, AD, PJ y UNT con sus nuevos jefes puestos por el TSJ; podría lograrse una victoria opositora similar a la del 2015 cuando la tarjeta de la unidad democrática conquistó prácticamente mayoría calificada en la Asamblea Nacional.
Obviamente hay un gran número de opositores venezolanos indignados con las condiciones electorales del momento actual y por su puesto Juan Guaidó y los dirigentes destituidos de sus partidos no quieren elecciones. Sin embargo el entusiasmo por el voto podría renacer si se diera una alianza como la descrita en el primer párrafo. Sólo falta un líder virtuoso capaz de unir estas piezas y dar la gran sorpresa electoral.
Otro factor a favor de la oposición que va a elecciones es que hay micro partidos en la izquierda venezolana decididos ha arrancarle votos al hermano mayor Psuv, como ya ha acontecido en comicios anteriores. Pero lo nuevo es la sensación rebelde en estos hermanos menores de que el PSUV vive tiempos de debilidad por la molestia de buena parte del electorado chavista con la crisis múltiple que vive el país. Entonces, nunca como ahora, esos micro cascarones partidistas pueden beneficiarse de cientos de miles de sufragios a su favor, bajo el pretexto del «voto castigo». Veremos. Yo lo dudo.
Ahora bien, si resultare una Asamblea Nacional con mayoría opositora en diciembre de 2020, eso podría persuadir a EEUU y a sus aliados a flexibilizar las sanciones contra la República Bolivariana, porque aunque se trate de una oposición cuestionada como colaboracionista. Sea como sea, está diferenciada del Psuv y ello puede darle un barniz democrático a la Venezuela madurista y diosdadista de esta época.
El gobierno, extrañamente, tiene poco que perder en las elecciones del presente año. Si pierde, volverá a tener un parlamento opositor al que ya sabe neutralizar con el TSJ, aunque con toda certeza los diputados de La Mesita más el G4 judicializado no serán tan agresivos contra el presidente Maduro como Ramos Allup quien junto al G4 original procuró destituir a Nicolás en enero 2016.
Por otro lado si el gobierno gana mayoría en estas legislativas es seguro que Washington y sus amigos continuarán bloqueando a Venezuela. Y las consecuencias económicas de ello serán devastadoras para el pueblo venezolano.
En resumen, la suerte de Venezuela depende hoy más de la geopolítica o política internacional que de la política nacional, porque el gobierno ha sido eficaz en dividir a la oposición, en fabricar a su medida una oposición paralela y en sacar del juego electoral a la oposición dura o desafiante a través de provocaciones atinadas como la intervención judicial de los partidos.
Seguramente la segunda mejor cosa que puede hacer un régimen político para sostenerse es desmembrar y frustrar al adversario (la primera es ganarse una amplia mayoría popular inspirada en la buena gestión gubernamental). Queda mucha tela que cortar en el electoral y pandémico año 2020.
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