Mártires de la pandemia
Mientras Miraflores anuncia sus balances sobre el Covid-19, con cifras divorciadas de la realidad que vivimos en los estados, se nos siguen muriendo los guerreros de la salud por todos lados.
Día tras día el número de médicos y enfermeras que pierden su batalla personal contra el coronavirus incrementan para el dolor y duelo de sus familiares y todo el gremio de salud del país.
Permanentemente nos enteramos del fallecimiento de un nuevo héroe de la salud, y todo gracias a la falta de equipamiento en materia de bioseguridad para proteger la integridad de médicos y enfermeras que se exponen cotidianamente en los diversos centros hospitalarios y ambulatorios.
Desde la Gobernación de Anzoátegui acudimos el viernes 21 de agosto al Hospital Centinela Dr. Luis Razetti de Barcelona, para hacer entrega de una segunda dotación de equipos, entre ellos caretas, tapabocas N95, mascarillas, batas, guantes y gorros, no obstante aún no es suficiente. Es por ello, que le exigimos a Caracas el envío de insumos para resguardar la salud de quienes salvan vidas diariamente en medio de la pandemia.
Es sabido que nosotros, en la Gobernación, no contamos con suficientes recursos para adquirir el número de equipos necesarios para dotar a todos los centros asistenciales de la entidad, y esta verdad la saben en Caracas, porque son ellos quienes vetan el presupuesto y obstaculizan la administración regional, porque son ellos quienes sin importarle la vida de los anzoatiguenses continúan jugando a la presión política a través de la asfixia financiera a nuestra gestión.
Ahora bien, como son ellos en Miraflores y en el Ministerio de Salud quienes manejan los recursos, entonces en nombre de todos los anzoatiguenses le exigimos el envío inmediato de los insumos para proteger a nuestros médicos, enfermeras, camilleros y aseadoras de los hospitales y ambulatorios. Y lo queremos ya.
No estamos dispuestos a seguir permitiendo que nuestros guerreros de la salud se conviertan en mártires de esta pandemia por culpa de la indolencia de aquellos que aun teniendo los recursos dejan que nuestros héroes de batas blancas se enfermen y mueran a la buena de Dios.
Y nuestra exigencia no solo se centra en políticas de protección para los médicos, sino que la misma se extienda a aquellos valientes galenos que en este momento se encuentran contagiados, para que desde Caracas envíen con urgencia todos los medicamentos que se necesitan para atenderlos a ellos y a sus pacientes.
Por cada médico enfermo se nos morirán más y más pacientes, esta es la cuenta que allá en el Palacio de Miraflores deben sacar; mientras perdamos más profesionales de la salud más vulnerable quedarán miles de pacientes en todos los rincones del país.
Por ende, debemos evitar que las batas blancas se tiñan del negro del luto, y proteger a este gremio tan vital para la nación y la humanidad en las horas oscuras que vivimos en este momento.
Desde estas líneas, sumada a la exigencia pública a Caracas, quiero expresar mi reconocimiento a cada médico, a cada enfermera, a cada camillero que día a día cumplen con su loable labor no solo en el Hospital Razetti sino en todos los centros asistenciales de nuestro estado Anzoátegui.
Y, además, enviarle mis sentidas palabras de condolencias a todo el gremio de salud por las pérdidas irreparables de los médicos fallecidos a manos de este virus chino que es implacable y severo. Qué Dios les dé a todos ellos el descanso eterno.