Juego sucio
Para el proceso electoral de la Federación Venezolana de Fútbol (FVF), periodo 2017-2021, Laureano González presentó un «Team Work», que según sus palabras, era un trabuco que iba a garantizar la presencia de nuestro país en el próximo mundial. En el equipo directivo incluyó en las vicepresidencias a uno apoyado por el Ministro de Educación y el Presidente del Comité Olímpico; el segundo a bordo era el Ministro del Deporte y un tercero era un General de Brigada del Ejercito ….. ¡que más queréis!, les decía a sus amigos, con este «line up» tengo garantizado el visto bueno de ejecutivo nacional y aseguro los presupuestos.
El trabuco de Laureano, en su primer año de gestión, funcionó a las mil maravillas. Pero con la caída de los precios del petróleo, las sanciones internacionales contra el régimen la ilusión se vino a pique: Pdvsa cortó el aporte de dinero a la federación y los dejó “colgados de la brocha” con una deuda de mas de 8 millones de dólares.
Además, salieron a flote por un lado las ansias de poder del Primer Vicepresidente, quien confrontaba a diario la gestión de Laureano, y por el otro el Ministro del Deporte, Segundo Vicepresidente, sintiéndose guapo y apoyado, solamente centraba su actividad en la promoción de su persona para la Presidencia del Comité Olímpico.
Las contradicciones y confrontaciones iban en escalada y el mundo del fútbol fue sorprendido el 6 de enero 2020 con el anuncio de la renuncia de Laureano «por motivos de salud», que se hizo efectiva el 11 de marzo.
La renuncia en cuestión permitió que Berardinelli, en su condición de Primer Vicepresidente, pasara a ocupar la Presidencia de la FVF, haciendo realidad su sueño personal. El Ministro de Educación, Aristóbulo Isturiz, se frotaba las manos por el logro alcanzado: no pudimos joder a Esquivel en el 2006 para tener el control absoluto de la Copa América pero ahora sí lo logramos. El presidente del Comité Olímpico “brincaba en una pata” de la alegría y manifestaba a sus seguidores que con este paso aseguraba su reelección en el comité por que Berardinelli le pondría freno al Ministro del Deporte, Pedro Infante.
A partir de ese momento, los hechos se desencadenaron a la velocidad de la luz: en primer lugar, sintiéndose seguro de su poder, Berardinelli convocó en el mes de marzo a una asamblea de la federación, con el objetivo de modificar los estatutos, incorporando un artículo especial que «Prohibía la elección de funcionarios de gobierno para cargos directivos» lo cual en la práctica y para las próximas elecciones en el 2021, dejaba por fuera al Ministro del Deporte y al General de Brigada.
Con lo sucedido en la reunión de la Conmebol, donde no dejaron participar a Berardinelli por no haber aprobado el examen de idoneidad, dado que no cumplía con las exigencias de la FIFA y la Conmebol deno tener antecedentes penales en el territorio venezolano y además de haberlos ocultado.
Esto abrió las compuertas para que los afectados por la nueva medida estatutaria pasaran a la ofensiva utilizando las armas del régimen: sacaron a la luz pública los trapos sucios de Berardinelli, dando a conocer la sentencia del Tribunal Primero de Juicio, del Circuito Judicial Penal del Estado Yaracuy, que en 2007 lo condenó a prisión de dos años, cuatro meses y quince días, por ser el autor responsable del delito de: uso y aprovechamiento de actos falsos, Artículo 320 en concordancia con el Artículo 323 del Código Penal vigente.
Acto seguido, en cuestión de minutos, la Contraloría de Venezuela ordenó congelar las cuentas bancarias de Berardinelli, por presuntas irregularidades administrativas en el manejo de recursos estatales concedidos a la FVF, como medida precautelativa, a objeto de impedir que el sujeto de marras continuara cometiendo ilícitos con el Patrimonio de la Federación. Posteriormente, Berardinelli es detenido en el estado Yaracuy y trasladado a Caracas.
El Ministro del Deporte celebra con sus allegados la detención de Berardinelli y el casi seguro ascenso de su persona a la Presidencia de la FVF (empatando el récord totalitario de Eduardo Álvarez) al ser ministro, presidente del IND y ahora de la FVF. “Ahora voy con todos los hierros por el COV” expresaba en cada brindis que hacía.
Berardinelli quemaba sus últimos cartuchos, enviando una correspondencia a la FIFA considerándose «un perseguido político del régimen intervencionista y violador de la autonomía federativa» ¡qué te parece cholito!
La muerte sorprendió al presidente de la FVF a los diez y seis días de estar hospitalizado. Este lamentable hecho deja en un limbo el futuro de la federación puesto que el vacío de la presidencia de acuerdo con lo establecido por la FIFA no puede ser ocupado por un funcionario de gobierno, lease Pedro Infante, Ministro del Deporte, quien alega que la ley de este punto no puede ser retroactiva sino que tendría validez para las próximas elecciones y por lo tanto le corresponde subir al cargo de presidente en este momento.
En este juego sucio, Venezuela corre el riesgo de ser desafiliada o suspendida por la FIFA, mientras los egos de los actores disfrutan al querer mantenerse en el poder, unos y otros, buscando alcanzar las mieles olímpicas. Ambas partes representan por igual a un estado general de corrupción putrefacta en donde el deporte no tiene cabida alguna y lo que importa es los negocios que giran alrededor de la federación.