En desacuerdo con el comunicado de la CEV sobre las elecciones
He leído varias veces el comunicado de la Conferencia Episcopal Venezolana sobre las elecciones, a fin de entender exactamente cuál es la posición de este importantísimo organismo social venezolano, el cual es faro que trata de iluminar nuestro camino. Si lo entiendo bien debo estar en desacuerdo con la parte final, en su punto cuatro.
El documento consta de cuatro puntos.
En el primer punto se refiere a la profunda crisis moral y total del país y al olvido del cual los venezolanos han sido objeto por parte del liderazgo político, sin que el documento distinga entre el régimen de Maduro y la presidencia interina de Juan Guaidó. Parecerían atribuirles igual responsabilidad a los dos liderazgos, pero sospecho que no fue esa su intención.
El segundo punto habla de la vocación democrática del pueblo venezolano, la cual le lleva a acatar el proceso electoral como la vía pacífica y racional. Por ello reafirman la necesidad de celebrar elecciones justas, libres e imparciales, con respeto total por el voto y por las normas electorales y la constitución. Como esta no es, claramente, la situación actual, ya que lo que se pretende es llevar a cabo un proceso lleno de abusos y violaciones a las leyes, no hay apoyo de la Conferencia Episcopal al proceso de diciembre convocado por el CNE del régimen. Este punto parece estar tan claro como el agua.
El punto tres contiene una enumeración de las violaciones cometidas para llamar a este proceso electoral y termina diciendo que estas violaciones y otras que pudieran cometerse son inmorales y obstaculizan la solución de los problemas del país. Esto también parece estar tan claro como el agua.
El punto cuatro es el que contiene una redacción ambigua, que causa incertidumbre sobre lo que la Conferencia Episcopal recomienda. Dice que, en vista de esas violaciones arriba enumeradas, un grupo de importantes organizaciones políticas han propuesto abstenerse de participar en el proceso. Pero, de seguidas, la conferencia episcopal agrega: no es suficiente con abstenerse, sino que es necesario proponer otras alternativas al pueblo que confía en ellos. Hasta allí los acompaño.
Pero, además de exigirle al liderazgo político presentar estas otras alternativas se agrega algo que parece contradictorio con lo que ha dicho hasta ese momento. El documento dice que la abstención pura y simple hará crecer la fractura político-social en el país y la desesperanza ya que eso fue el resultado de una abstención anterior.
En este punto hay que detenerse.
Yo estoy totalmente de acuerdo en que deben presentarse otras alternativas. Por ejemplo, se está desarrollando actualmente un proyecto de consulta plebiscitaria nacional, el cual sería promovido por la legítima Asamblea Nacional de Venezuela y por organismos internacionales. Eso sería muy atractivo y pondría al régimen ilegítimo de Maduro en un grave aprieto. Con lo que no puedo estar de acuerdo con la Conferencia Episcopal es con el argumento de que la abstención promueve la desesperanza. La abstención es un acto de protesta ciudadana de poderoso contenido ético. La abstención es un acto activo de protesta y un acto de vigorosa desobediencia civil que servirá para acentuar la ilegitimidad del régimen.
El comunicado de la Conferencia Episcopal dice que la abstención privaría al pueblo venezolano de defender sus derechos ante la Asamblea Nacional. Pero ello no es cierto. La esencia de la abstención es el desconocimiento ciudadano de las elecciones de diciembre. Cualquier intento de remplazar una asamblea legítima por otra ilegítima es un acto de fuerza que debe ser resistido por la ciudadanía y eso es lo que la Conferencia debería apoyar. Pero resulta que el comunicado de la Conferencia Episcopal parecería estar llamando a votaren diciembre. Y esto es totalmente contradictorio con lo que sus mismos puntos anteriores habían venido expresando, una vuelta de carnero conceptual difícil de comprender y de aceptar.
Por lo tanto, respetuosamente difiero de la recomendación que parece hacerse en el punto cuatro y llamo a la resistencia civil, al desconocimiento de un régimen cruel y corrupto a través de la abstención electoral en el ilegítimo e írrito proceso que se avecina.
Por un plebiscito nacional convocado por la legítima Asamblea Nacional
Contra la claudi (o) – cación moral de los invertebrados
Miraflores si, Ciliaflores no.