Comunicado de la CEV y Nostradamus
La Presidencia de la Conferencia Episcopal me merece mucho respeto. Sus integrantes son venezolanos de gran valía que orientan con sus consejos y ejemplo a los ciudadanos. Sin duda son solidarios con la causa democrática y con los sufrimientos del pueblo.
El reciente comunicado no deja dudas sobre lo que piensan con respecto a quienes usurpan el poder y sobre la farsa electoral que preparan para este diciembre. Sobre el mismo se han pronunciado distinguidos y apreciados compatriotas como Gloria Cuenca y Gustavo Coronel, ambos esclarecidos ciudadanos que sin embargo tienen apreciaciones diferentes sobre su contenido.
Creo que todos coincidimos en que no basta con no votar. Hay que hacer algo más que la dirigencia debe indicar.
El punto de la discordia es el 4, cuando nuestros ilustres prelados afirman que “A pesar de las irregularidades, la participación masiva del pueblo es necesaria y podrá vencer los intentos totalitarios y ventajismos de parte del gobierno”.
Aquí pareciera que intervino Nostradamus, que aunque excolmugado por la Iglesia, todavía parece ejercer cierto embrujo con sus profecías que cada quien interpreta a su leal saber y entender o como le conviene. Quizá algún duro del teclado dirá que no fue Nostradamus el que intervino, sino el Papa Francisco, pero como de que vuelan, vuelan, apostamos al supuesto adivino ya que el che Paco debe estar más preocupado por el Covid-19. ¿Llaman a votar o solo convocan al pueblo a participar masivamente en protestas? Me inclino por esta última interpretación, pero nuestros respetados amigos de Montalbán deberían aclarar, a menos que consideren preferible el confusionismo, que aunque no tiene que ver con la doctrina de Confucio, tiene sus adeptos.