Bloomberg: Un tanquero varado con gasolina iraní evidencia el riesgo de comerciar con Venezuela
En mayo, una flota de barcos zarpó hacia Venezuela con gasolina iraní, sorprendiendo a los observadores internacionales que se preguntaban si las dos naciones desafiarían tan descaradamente los esfuerzos de sanciones estadounidenses en un Mar Caribe patrullado por la Marina de los EEUU.
Cinco barcos llegaron sin incidentes, recibidos por un exultante líder venezolano.
Uno no lo hizo.
El buque, el Victor 1, permaneció en el Golfo de Omán durante más de 100 días antes de descargar su carga tan necesaria a varios océanos de su destino previsto. Docenas de correos electrónicos enviados por el fletador del barco y vistos por Bloomberg muestran cómo la carga del Victor 1 quedó atrapada en una disputa de pagos que involucra entidades comerciales poco conocidas, acusaciones de robo de identidad corporativa y, potencialmente, un empresario colombiano acusado por el Estados Unidos de ser un negociador para el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
La oscura historia demuestra los límites y las consecuencias de las sanciones petroleras de Estados Unidos impuestas contra Venezuela el año pasado en un intento de desalojar al régimen autocrático. Años de mala administración por parte de la compañía petrolera estatal han dejado su sector de refinación en ruinas, llevando la producción de gasolina a un punto muerto. Eso obligó a Venezuela a buscar combustible de un grupo cada vez menor de proveedores internacionales, pero también presenta oportunidades para las empresas dispuestas a participar en intercambios que, aunque no son necesariamente ilegales, arriesgan la ira de los EEUU, que sigue ampliando su red de sanciones.