Batumi se postula como “Las Vegas del mar Negro”
Situada a poca distancia de Turquía y bañada por el mar Negro, esta ciudad que antaño fuera una más de aquellas pobres poblaciones que formaron parte de la extinta Unión Soviética, es hoy la segunda urbe más importante de Georgia y capital de la república autónoma de Ayaria, que forma parte de este país.
Si bien toda la costa del mar Negro se ha ido convirtiendo en los últimos tiempos en una seria alternativa a los abarrotados destinos turísticos mediterráneos, por encima del grueso de su oferta comienza a destacar con fuerza Batumi. Conocida hoy como la ‘Perla del mar Negro’, la capital de Ayaria ofrece todos los servicios que demanda el turismo vacacional, con un clima subtropical, sol, playa y un puerto de referencia en esta Georgia que poco tiempo atrás estrechaba lazos de apoyo con Venezuela.
Aun con todo, la ciudad georgiana podría parecer una más de esta región, pero Batumi va un poco más allá. Entre todas las innovaciones que la capital de Ayaria está incorporando a sus tradiciones para abrirse al turismo internacional, sus fuentes y la espectacular iluminación en neón de los grandes edificios que albergan sus casinos, por un momento y salvando aún las distancias, nos trasladan a esos templos del juego como Las Vegas o Atlantic City. En unas fechas en las que los juegos de casino en línea son quienes marcan este tipo de ocio, Batumi apuesta cada vez más fuerte por este sector desde un emplazamiento casi a mitad de camino entre los más importantes casinos de occidente y los de Macao.
El bienestar que prometen su geografía y clima no logra esconder que en buena medida la ciudad se va reorientando a gran ritmo hacia la industria de la diversión. El hecho de que el juego no esté permitido en varios países próximos, entre ellos Turquía, que se encuentra a tan solo 20 kilómetros, ha contribuido a justificar esta tendencia. Por todo ello, salir por la noche y contemplar el ambiente de luces en medio de espectaculares hoteles y casinos que se multiplican por doquier reproduciendo esa singular mezcla de lujuria y simpleza tan característica del estilo georgiano, nos recuerda a las claras que nos encontramos en pleno epicentro de ‘Las Vegas del mar Negro’.
Los otros atractivos de Batumi
Que la industria del juego suponga un segmento transcendental en la economía de Batumi, no exonera a la ciudad de ofrecer muchas otras alternativas a sus visitantes. De hecho, los habitantes de toda la región de Ayaria son un pueblo muy orgulloso de su historia y tradiciones. No en vano su pasado se ha escrito marcado por civilizaciones tan trascendentales como las griegas, romanas, otomanas o el Imperio Ruso.
Los georgianos disponen de su propio idioma -siendo esta la lengua que predomina en todo su territorio- y se escribe con su propio alfabeto, único en el mundo con 33 letras. La segunda lengua más hablada en el país es el ruso, aunque el inglés se va convirtiendo poco a poco en la lengua extranjera más importante, promovida especialmente por los negocios y el turismo.
Pese a no haber sido una región especialmente rica, la gastronomía de Ayaria es otro de sus orgullos, con platos deliciosos como las churchkhelas, el khachapuri o los khinkali. Por no hablar de sus vinos, cuya fermentación se realiza mediante unas tinajas de terracota llamadas kvevri, que son enterradas en el suelo siguiendo una antigua tradición que ha sido reconocida como patrimonio inmaterial de la Unesco. Y es que un descubrimiento arqueológico reciente ha demostrado que Georgia es la región productora de vino más antigua del mundo.
En cuanto a su arquitectura, Batumi alberga en su casco histórico construcciones del siglo XIX como la iglesia de San Nicolás o la mezquita Orta Djame, así como otras tan visitadas como la estatua Medea con el vellocino de Oro en la concurrida Plaza de Europa o el popular reloj astronómico del Banco Nacional Georgiano.
Ya en la zona del paseo marítimo destaca el archiconocido monumento de Ali y Nino, dos estatuas móviles de ocho metros de altura creadas con aros de acero, que cada 10 minutos se funden en una especie de abrazo, haciendo honor a la historia de amor entre un joven musulmán y una princesa cristiana. Una buena representación del respeto entre religiones que se respira en la ciudad.
En definitiva, Batumi cada vez se presenta como una alternativa más sólida para el turismo gracias a su emplazamiento europeo limitando con Asia y a dos o tres horas de distancia de cualquier capital del Viejo Continente.